La NASA despliega su mayor antena en el espacio: por qué y cómo funciona

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La agencia espacial estadounidense logró un nuevo hito con el despliegue de una antena gigantesca en órbita. Se trata de un paso clave para un proyecto internacional que promete revolucionar la observación de la Tierra.

La NASA acaba de marcar un antes y un después en materia de tecnología espacial con el despliegue exitoso de su mayor reflector de antena enviado al espacio. La operación se realizó en el marco del satélite NISAR, un proyecto que desarrolla junto a la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO), y que está considerado como uno de los más ambiciosos de la última década.

El satélite fue lanzado desde Sriharikota, en el sureste de India, y permaneció 17 días con la antena plegada antes de completar el proceso de apertura. El despliegue, que implicó la extensión de un brazo de nueve metros, concluyó con éxito y dejó lista la estructura para comenzar a enviar datos de altísima precisión sobre la superficie terrestre.

Con este avance, la misión NISAR ya está en condiciones de ofrecer información clave sobre fenómenos naturales que afectan a todo el planeta. El objetivo es contar con una herramienta que permita monitorear de forma más detallada el impacto del cambio climático y los movimientos de la Tierra.

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De qué se trata el satélite NISAR de la NASA

El satélite NISAR está diseñado para rastrear el avance del deshielo en Groenlandia y la Antártida, detectar deformaciones de terreno provocadas por terremotos o volcanes, seguir deslizamientos de tierra y controlar la evolución de bosques y humedales. Todo esto con un nivel de detalle milimétrico que ninguna otra misión había alcanzado.

Lo innovador del proyecto es que, por primera vez, un satélite combina dos sistemas de radar de apertura sintética (SAR). Uno de banda L, capaz de ver a través de nubes y del dosel forestal, y otro de banda S, que también atraviesa nubes pero es más sensible a la vegetación ligera y a la humedad de la nieve. El reflector recién desplegado es fundamental para que ambos sistemas funcionen de manera coordinada.

Cómo funciona el reflector de la NASA

La antena, de 12 metros de ancho y unos 64 kilos de peso, está compuesta por 123 varillas de material compuesto que sostienen una malla metálica recubierta de oro. Su diseño le permite reflejar con precisión las ondas de radar y obtener imágenes con resolución de apenas 10 metros por píxel.

El proceso de apertura se realizó en dos fases: primero la extensión gradual del mástil y luego el uso de pernos explosivos que liberaron la antena, en un movimiento controlado conocido como “floración”. Finalmente, motores y cables internos aseguraron la estructura en su posición definitiva.

Para dimensionar su magnitud, la antena mide lo mismo que un bus escolar. Si se buscara alcanzar esa resolución con una antena convencional en banda L, debería construirse una de 19 kilómetros de longitud, algo inviable. Con este logro, la NASA y la ISRO confirman que el NISAR es una de las misiones más prometedoras para la ciencia en este siglo.

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