Hollande nombró a Manuel Valls como nuevo primer ministro francés

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El presidente francés dijo que entendió "el mensaje de la gente" y que "hacen falta reformas" en referencia a la paliza electoral que sufrió el Partido Socialista.

En un mensaje de siete minutos realizado tras haber recibido horas antes la dimisión de Jean-Marc Ayrault, Hollande agradeció al ahora ex premier por su "valentía y abnegación".

"No hay suficiente cambio, no hay suficiente empleo, todavía hay demasiado desempleo, todavía hay demasiados impuestos, y aún hay demasiados interrogantes sobre la capacidad de nuestro país para salir adelante. Es el mensaje que me enviaron y que recibo personalmente", dijo el presidente.

Luego anunció que en el país se abre "una nueva etapa" con un gobierno "de combate" y más reducido (en el actual hay 38 ministros y ministros delegados) que dirigirá Valls con tres objetivos: devolver a Francia su fuerza económica, concentrarse en la justicia social y aumentar el poder adquisitivo de los franceses.

También anunció una ofensiva económica basada en tres puntos: la creación de empleo a través del refuerzo empresarial y de la transición energética; un pacto contra la desigualdad que consolide la justicia social; y el último -y "el más importante", según subrayó- la recuperación del poder adquisitivo de los franceses con una reducción de impuestos antes de 2017.

El líder galo, que en 2012 derrotó al conservador Nicolas Sarkozy, aseguró que "la recuperación del país es indispensable" y pasa por renovar el "aparato productivo", sanear las "cuentas públicas" y reconquistar la "influencia en Europa y en el mundo".

En su discurso, que fue transmitido en diferido, el mandatario destacó que respetará los compromisos que hizo durante la campaña electoral y que no olvida "a quienes confiaron en mí y me eligieron".

Hollande admitió que la "situación era grave" y asumió "la total responsabilidad", al tiempo que preconizó una "mayor constancia en el rumbo" sin descartar "hacer las inflexiones necesarias, porque el único objetivo es el éxito de la República".

"Y lo conseguiré con este nuevo gobierno", prometió Hollande, que no avanzó el nombre de ninguno de los futuros ministros que serán parte del gabinete del gobierno de Valls.

Además de presentar su renuncia, Ayrault entregó la de todos sus ministros, que ahora deberán ser confirmados o reemplazados por el nuevo primer ministro.

El voto castigo y la gran abstención registrada hace una semana en la primera vuelta (36,5%), ya habían puesto a los socialistas franceses en estado de alarma.

Pero fue la abstención récord de ayer (37,3%), casi cuatro puntos más que en 2008, y la elevada tasa de votos nulos de la segunda vuelta las que terminaron de dibujar un pésimo panorama político para el oficialismo.

Los socialistas deben asumir la pérdida por parte de la izquierda y en favor de la derecha de las alcaldías de más de 150 ciudades de más de 9.000 habitantes.

Desde el PS, algunas de las voces más conocidas del ala izquierda, como la diputada Marie-Noelle Lienneman, reclamaron a Hollande abandonar el llamado "pacto de responsabilidad", que establece una reducción masiva de las cotizaciones sociales de las empresas a cambio de que éstas creen puestos de trabajo.

En una línea similar, el jefe del grupo en el Senado de los ecologistas, Jean-Vincent Placé, ya advirtió que su grupo no votará ese pacto tal y como está concebido, y reclamó, como Lienneman, medidas en favor del poder adquisitivo de los ciudadanos.

Desde la oposición de derecha, el sector que fue el gran ganador de los comicios municipales, el presidente de la Unión por una Mayoría Popular (UMP), Jean-François Copé, había instado al jefe del Estado a "hablar rápidamente".

La UMP y sus aliados conquistaron una decena de las grandes ciudades de más de 100.000 habitantes, en particular Toulouse, Saint-Etienne, Reims, Caen, Tours, Angers, Amiens y Limoges, que había sido gobernada por la izquierda desde 1912.

Pese al gran avance de la derecha, sus contrincantes lograron salvar París, que tendrá como alcaldesa a la socialista franco-española Anne Hidalgo, Lyon, Estrasburgo y Nantes.

Otro elemento significativo que dejan los comicios es cómo emerge el ultraderechista Frente Nacional (FN), que estará al frente de una docena de municipios en todo el país, el mayor de los cuales pertenece a Marsella, con una población de unas 150.000 personas.

Su segunda mayor conquista es Béziers (70.000 habitantes), aunque la mayor parte de los concejales de la lista ganadora no tengan carnet del FN, empezando por el futuro alcalde, Robert Ménard, el fundador de Reporteros sin Fronteras.

La presidenta de esa formación, Marine Le Pen, habló hoy de "una victoria histórica" y manifestó sus esperanzas para los comicios europeos de mayo, donde confía que el FN sea el primer partido de Francia.

Le Pen reiteró, en una entrevista radio-televisada a RMC y BFM TV, su objetivo de acabar con la Unión Europea, a la que culpa de "infringir un inmenso sufrimiento" a Francia. "Es la única forma de recuperar nuestra soberanía (...) y por tanto nuestra libertad", destacó la dirigente que quiere convertir a la extrema derecha en la tercera fuerza política de Francia.  

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