Comienza el cónclave que elegirá al nuevo Papa
Los 115 cardenales electores comenzarán con las votaciones para determinar al sucesor de Benedicto XVI. El italiano Angelo Scola y el brasileño Odelio Scherer parten como los mejores posicionados para ser el nuevo Sumo Pontífice.
Cardenales de todo el mundo iniciarán este martes en el
Vaticano el cónclave para elegir un nuevo papa que reemplace a Benedicto XVI,
aunque la Santa Sede anticipó este lunes que es poco probable que se designe al
pontífice en la primera jornada.
Sin favorito claro y con divisiones entre los purpurados, el cónclave llega
marcado por la renuncia de Benedicto XVI, la primera de un pontífice en 600
años, y por el escándalo de filtración a la prensa de documentos papales conocido como Vatileaks, que el año pasado reveló internas y aparente
corrupción en la Santa Sede.
Reunidos en el Vaticano desde hace una semana para preparar el cónclave, los
cardenales mantuvieron este lunes el último encuentro previo y abordaron el
tema del funcionamiento de la banca vaticana, que quedó salpicado de sospechas
de desmanejo cuando la prensa italiana publicó los documentos robados a
Benedicto XVI.
Así lo dijo el vocero vaticano, el padre Federico Lombardi, en una rueda de
prensa celebrada tras concluir la décima y definitiva reunión general, a la que
asistieron los 115 cardenales electores y los purpurados mayores de 80 años,
antes de que se inicie este martes el rito de la elección del sucesor de
Benedicto XVI.
Si bien el vocero vaticano reconoció que se "habló de los temas
económicos, que son importantes" de cara a los desafíos de la Iglesia,
también insistió en que la preocupación central de los cardenales es la
elección del Sumo Pontífice, por lo que abordaron el perfil y las cualidades
que debía tener el próximo papa.
Aunque no es obligatorio votar en el primer día del cónclave, el Vaticano distribuyó
este martes un esquema en el que se prevé, en horas de la tarde, una primera
votación y su correspondiente "fumata", es decir el humo que anuncia
si se eligió Papa -que en este caso es blanco- o si todavía no -que es el caso
de la "fumata negra"-.
Lombardi dijo este lunes que, como es habitual, no se espera que los cardenales
elijan papa en esta "posible" votación inicial, por lo que lo más
probable será que haya "fumata negra".
El vocero agregó que, en la reunión de este lunes, el cardenal Tarsicio
Bertone, como presidente del Consejo de Finanzas del Instituto de Obras
Religiosas (IOR), más conocido como banco vaticano, explicó el "proceso de
control y transparencia que la Santa Sede está llevando a cabo" a solicitud de
las autoridades europeas.
El tema de la situación interna de la Santa Sede volvió a primer plano en las
discusiones de cara a la elección del Papa después de que en la primera de esas
reuniones, el lunes pasado, varios cardenales exigieron "conocer la verdad" del
Vatikeaks.
En los documentos, publicados por la prensa italiana el año pasado, el banco
vaticano aparece involucrado en casos de lavado dinero, vinculado a la mafia y
como escenario de la lucha por el poder entre dos sectores del clero, uno
dirigido por Bertone y el otro por su antecesor en ese cargo, Angelo Sodano.
El regulador europeo emitió en julio del año pasado una evaluación que aprobaba
la gestión del banco de la Santa Sede, pero la institución financiera se
comprometió a reformar su sistema de vigilancia "para adecuarlo a los
estándares internacionales de confianza".
A tenor del debate, la percibida falta de transparencia en la gestión vaticana
preocupa a los electores, sobre todo a un bloque al que la prensa italiana
bautizó como los "pastoralistas".
Este bloque, según los diarios locales y vaticanistas, está encabezado por
"extranjeros" -estadounidenses, alemanes y brasileños no residentes en el Vaticano-
que apuestan por una "renovación" en la Iglesia.
En su encuentro con la prensa, Lombardi destacó el ambiente "sereno" en el que
se llevaron a cabo las intervenciones y discusiones en la reunión final de este
lunes.
De hecho, Lombardi reveló que hubo 28 intervenciones –en total 161 en diez
reuniones- y que había un "número importante" de cardenales que querían seguir
debatiendo. Sin embargo, el colegio cardenalicio consideró por mayoría que las
discusiones debían finalizar para que los electores se preparen a ingresar a la
Casa de Santa Marta, donde permanecerán mientras dure la elección del sucesor
de Pedro, cuando ya no podrán hablar más que con Dios y su propia
"conciencia".
De acuerdo con la prensa italiana, a pocas horas de la apertura del cónclave,
dos cardenales, el italiano Angelo Scola, el carismático arzobispo de Milán, y
el brasileño Odelio Scherer, arzobispo de San Pablo -la mayor arquidiócesis del
mundo-, son los mejores posicionados para llegar a jefes de la Iglesia
católica.
Sin embargo, la elección parece estar muy abierta, puesto que ninguno de los
máximos candidatos acariciaría los 77 de los 115 votos necesarios para ser
elegido papa.
Siempre de acuerdo a la prensa italiana, Scherer sería el candidato de consenso
impuesto por la curia -por los "bertonianos" y los seguidores de Sodano- y
aceptado también por los "pastoralistas", en su mayoría "extranjeros", es
decir, no italianos, aunque éstos y los "europeos" preferirían a Scola.
Otros candidatos que siguen con fuerza son el franco canadiense Marc Ouellet,
el húngaro Péter Erdo, el austríaco Christoph Schönborn y los estadounidenses
Timothy Dolan y Sean O'Malley. También aparece en las preferencias el nombre
del filipino Luis Antonio Tagle o el mexicano Francisco Robles Ortega.
El diario italiano La Repubblica advierte que Dolan es el candidato "tapado"
que puede dar la sorpresa.
Todos los candidatos son considerados "conservadores", aunque la elección de
uno u otro puede suponer una gran diferencia de cara a las pretensiones de los
que buscan un papa con carisma y perfil pastoral, pero con fuertes vínculos con
la curia para imponer mano de hierro y ordenar las cosas en el Vaticano.
Los analistas coinciden en que, por la elevada cantidad -ocho- de reuniones
previas preparatorias, que es donde realmente se llevan adelante las
negociaciones, el cónclave será corto. Pero en caso de prolongarse el proceso,
si después de tres días no se alcanzó la
mayoría, las leyes vaticanas establecen que habrá un día de pausa para la
reflexión y oración, y habrá otros tres días con siete votaciones y así hasta
el decimoprimer día, que se votaría entre los dos candidatos con más apoyo.
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