Los "chalecos amarillos" no ceden y vuelven a protestar en ciudades y rutas de Francia

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Aunque la masividad y violencia de las protestas se redujo drásticamente, la protesta contra el gobierno de Emmanuel Macron no termina.

Los "chalecos amarillos" protagonizaron hoy el octavo sábado consecutivo de movilización con concentraciones en ciudades y rutas de Francia para demostrar que la protesta no terminó, pese a las acusaciones del Gobierno de que ahora sólo quedan unos pocos manifestantes radicalizados.

Desde primera hora de la mañana, como ocurrió en sábados anteriores, se registraron bloqueos en diferentes rutas del país.

También hubo concentraciones por la mañana en diferentes ciudades, como en París, con varias decenas de personas en la avenida de los Campos Elíseos y en una marcha en el barrio de Saint Germain des Près, o en Marsella, con varios cientos de personas que desfilaron por el centro.

En la capital se organizaron varios puntos de concentración durante el día, en particular una que recorrió la distancia entre el Ayuntamiento y la Asamblea Nacional.

Uno de los retos de este movimiento, que generó la mayor crisis social desde que comenzó en mayo de 2017 el mandato del presidente francés Emmanuel Macron, es mostrar su capacidad para sacar gente a la calle y romper con el bajón constatado en las últimas semanas; el 29 de diciembre las autoridades contabilizaron 12 mil manifestantes en toda Francia y 38.600 el día 22, muy lejos de los 282.000 del 17 de noviembre.

El vocero del Gobierno, Benjamin Griveaux, descalificó el viernes a los que siguen participando en las acciones de los "chalecos amarillos" al calificarlos de "agitadores que quieren la insurrección y derrocar el Gobierno" y a Macron.

Más de 4 mil agentes antidisturbios fueron desplegados este sábado por todo el territorio francés para hacer frente a posibles incidentes durante esta octava jornada de protesta.

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