Condenaron a prisión perpetua a la empleada doméstica acusada de matar a un ingeniero en Pilar
El Tribunal Oral N°4 de San Isidro dictaminó la pena máxima para Rosalía Paniagua, encontrada culpable del crimen ocurrido en febrero de 2024.
La Justicia bonaerense aplicó la sanción más severa al concluir el juicio contra Rosalía Paniagua, la empleada doméstica señalada por el tremendo episodio en el que murió el ingeniero Roberto Wolfenson dentro de su casa en Pilar. El fallo determinó que la mujer deberá cumplir prisión perpetua al ser considerada autora de robo calificado por el uso de arma en forma impropia en concurso real con homicidio criminis causa.
El veredicto fue dictado por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°4 de San Isidro, integrado por los jueces Esteban Andrejin, Osvaldo Rossi y Victoria Santamaría Guglielmetti, que declaró penalmente responsable a la acusada por el hecho ocurrido el 22 de febrero de 2024.
La fiscal del caso, Laura Capra, había sostenido durante la acusación que Paniagua debía recibir la máxima pena prevista en el Código Penal, al estar convencida de que la imputada cometió un robo calificado por el uso de arma en forma impropia y luego mató a la víctima para concretar el delito.
Los investigadores reconstructaron que el ingeniero la habría sorprendido en pleno intento de sustraer objetos de valor dentro de la vivienda. Frente a esa situación, según la hipótesis oficial, la acusada utilizó una soga y lo asfixió hasta provocarle la muerte.
El crimen salió a la luz cuando, al día siguiente, el 23 de febrero de 2024, el profesor de piano del profesional llegó a la propiedad para su clase habitual. Como el dueño de casa no respondía, y tras varias horas intentando tener contacto, pudieron ingresar y encontraron el cuerpo sin vida.
Durante el debate oral, la imputada dio una versión distinta de los hechos, asegurando que el conflicto se habría originado porque la pareja del ingeniero le pidió revisar el teléfono del hombre. En su declaración, afirmó: “El señor me descubrió agarrando el celular y empezó la pelea, la discusión. Me empezó a decir cosas malas: que era una desgraciada, una puta, una paraguaya ladrona y que iba a llamar a la policía”.
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