Habló uno de los sospechosos del crimen de la mujer hallada carbonizada en una valija
Ezequiel Blanco, uno de los dos prófugos del crimen de la dueña de un hostel del barrio porteño de San Cristobal hallada calcinada en una valija el 26 de agosto pasado a la vera de la ruta 2, en Dolores, aseguró que él no cometió el asesinato y culpó a un amigo suyo de la infancia, que había comenzado a trabajar para la víctima y que también tiene pedido de captura en la causa.
"No puedo creer lo que estoy viviendo", dijo el sospechoso al iniciar la entrevista, en la que aseguró estar "triste por lo que le pasó a Tati", quien era conocida en el ámbito del tango y milongas porteñas y cuyo cuerpo apareció calcinado en una valija el 26 de agosto pasado, a metros de la ruta 2, en el partido bonaerense de Dolores.
De acuerdo al joven empleado de la víctima, el 24 de agosto, él y Baez charlaban cuando éste le preguntó: "Escúchame, ¿ella no tiene familiares?, ¿no tiene a nadie?", en referencia a Tati y él le respondió que no, a lo que su amigo sostuvo "a esta vieja hay que matarla", aunque el declarante reconoció que se lo tomó a "broma".
Sin embargo, el 25 de agosto a la noche, el día en que Tati fue vista por última vez, Blanco contó que vio a Baez salir de la habitación de la mujer con las manos ensangrentadas y luego irse del hostel con una valija de grandes dimensiones.
"Ya está, se terminó, la maté", señaló el joven que le dijo Báez en esa oportunidad y continuó: "Lo que recuerdo es que entré en un estado de shock, me siento en el sillón, me agarraba la cabeza, me puse extremadamente nervioso y no sabía cómo reaccionar".
Y añadió: "Me encerré en la habitación, él baja de la escalera con la valija, además tenía más cosas dentro de otra bolsa. Tipo dos o tres de la madrugada él regresa y me busca, golpea la puerta de mi cuarto y me pregunta cómo estaba, le digo que mal y que me dejase tranquilo".
"Báez me amenazó", aseguró Blanco y recordó que en un momento "él prende la televisión y los noticieros informaban de la aparición de un cuerpo incinerado en el kilómetro 222 de la ruta 2".
"Me dice que a mi me iba a pasar lo mismo que a esa mujer, mientras señalaba la tele", agregó el acusado, acompañado por sus abogados, Gustavo Julio y Sergio Cortés.
"Me siento arrepentido de no haber actuado en el momento en que lo veo a él con las manos ensangrentadas, cuando lo vi bajar las escaleras, de no haber podido llamar al 911 y de pedir ayuda. Se están diciendo muchas cosas que no son ciertas y quiero colaborar con la Justicia, esa es mi principal intención", expresó Blanco.
Por su parte, el abogado Cortés informó que esta mañana el juez de Instrucción porteño Pablo Ormaechea rechazó un pedido de exención de prisión presentado el viernes pasado, luego de que su defendido fuese imputado.
De hecho, los letrados ya habían presentado un primer pedido en igual sentido pero antes de que acusaran a Blanco y el mismo también fue desestimado.
"Lo que estamos tratando de conseguir es que la Justicia le tome declaración sin dejarlo detenido (...) Él quiere contar todo esto pero también asegurarse estar en libertad", explicó Cortés.
Consultado sobre el video de una cámara de estación de servicio de la ruta 2 en la que se vio a un hombre con dos bidones de nafta en los primeros minutos del 26 de agosto, el defensor dijo que "Ezequiel reconoce terminantemente que no es él y que por las características es Joel".
De acuerdo a la defensa, luego de descartar el cadáver calcinado, Báez obligó a Blanco a viajar a la provincia de Jujuy adonde llegaron el 27 de agosto a La Quiaca.
Una vez allí, siempre según Blanco, Báez los despojó de casi todas sus pertenencias y cruzó a Bolivia mientras que él se contactó con familiares que viven en Jujuy y que le dieron dinero para regresar a Buenos Aires, llegando el 31 de agosto.
"Si él hubiese querido, hoy estaría en Bolivia o Paraguay y por ahí no lo hubiese encontrado nadie", agregó Cortés.
Por su parte, Julio precisó que se entrevistaron con Blanco el 1 de septiembre y que al día siguiente "judicializaron" la versión del joven.
"Hasta este momento creemos en la versión de Ezequiel porque no hay ningún elemento objetivo que diga que tiene relación directa con el homicidio", concluyó el abogado.
La desaparición de Caviglia, una mujer conocida en el ámbito del tango y las milongas porteñas, se produjo la noche del 25 de agosto y fue denunciada al día siguiente en la comisaría 18 por una amiga que estaba preocupada porque la víctima se había ausentado, igual que su empleado Blanco, y no se conectaba al Whatsapp.
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