Clases, ensayos y producciones virtuales: los músicos se reinventan durante la cuarentena

Sociedad

La pandemia generó inconvenientes para muchos rubros, especialmente para los músicos que tuvieron que frenar sus producciones y dificilmente volverán, en poco tiempo, a presentarse en un recital con público.

A penas se declaró el el aislamiento preventivo obligatorio el silencio comenzó a llegar a todos los auditorios, teatros, foros, bares o espacios públicos donde la música es el alma de las fiestas, pero sobre todo, la forma de vida para músicos, managers, organizadores, representantes de prensa, ingenieros de audio, de luces, de audiovisuales y staff.

El mundo de la cultura y el arte es uno de los más afectados por la pandemia de coronavirus. Particularmente en la música. Hoy un show en vivo es considerado uno de los eventos más peligrosos que podría haber para la propagación de la enfermedad. Va a pasar mucho tiempo hasta que se habiliten los recitales de música.

Dentro de la industria hay muchas formas de hacer o vivir de la música y según a lo que se dedique cada uno le va a afectar distinto: hay algunos que tienen otros trabajos, pero también hay artistas que viven de los shows en vivo y de las giras o tal vez músicos callejeros que dependen exclusivamente de tocar en los espacios públicos. Todos los casos sin duda se ven afectados por la crisis que generó la pandemia y muchos debieron buscar la manera de seguir trabajando o produciendo.

Salida en las redes

Diego Bene (35) es músico y profesor de canto. Hace 4 años creó Entrenamiento Vocal, un espacio musical y artístico ubicado en Palermo Hollywood. Antes de la pandemia la cantidad de alumnos regulares era de 25 aproximadamente, pero ahora la situación cambió y tuvo que reinventarse para no caer en la quiebra.

Mi único ingreso es con la música, mi principal fuente son las clases y mi espacio. También realizo producciones y grabaciones pero solo ocasionalmente. Cuando empezó la cuarentena no pensé que iba a ser tanto tiempo. A medida que iban pasando los días la situación me generó mucha ansiedad e inestabilidad. No saber cuando iba a retomar mis actividades me preocupaba mucho”, contó a minutouno.com.

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Así como tantos otros comerciantes que se vieron gravemente afectados por la cuarentena, Bene pensó en cerrar definitivamente el emprendimiento que le costó años conseguir. “El miedo, las responsabilidades y las cuentas te carcomen la cabeza”, dijo.

Pero todo es incertidumbre lo llevó a cambiar la estrategia para evitar que su negocio se derrumbara. “Decidí dar las clases online. Al principio no fue fácil pero encontré la manera de llevar lo que antes hacía en su estudio a lo virtual. Mis alumnos se redujeron a la mitad pero estoy agradecido porque puedo seguir con mi actividad de esta manera”, manifestó.

“Primero migré a los que ya estaban en modalidad presencial, algunos quedaron afuera por razones personales y luego empecé a promocionar en las redes sociales para captar alumnos nuevos y actualmente estoy con 11 de todas las edades”, explicó Bene.

“Me gusta estar en mi casa, pero me quedó un disco listo para salir”

Sin aplausos, sin ver rostros ni reacciones; solo frente a la pantalla; así son lo días de Marina Wil (34), quién es instrumentista, compositora y cantante desde hace más de 20 años.

La música es su mundo y su principal ingreso económico y esto implica hacer diferentes cosas relacionadas a esto.“Tocar en vivo, tocar en eventos privados, dar clases, grabar jingles publicitarios, grabar voces como sesionista, componer a pedido, etc”, explicó Wil a minutouno.com.

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Para esta cantante los días en aislamiento han sido productivos y aprovecha el momento para seguir creando y trabajando desde su casa. “Me siento agradecida por todos los privilegios que tengo, mis necesidades cubiertas. La verdad es que me gusta estar en mi casa, pero me quedó un disco listo para salir", aseguró.

Al no poder presentar no poder tocar más en vivo ni trabajar en eventos, Marina decidió enfocarse en las clases de música online. “Decidí buscar más alumnos de lo que tenía y tratar de dar las mejores clases de música online posibles. Ese es mi ingreso principal hoy”.

“No nos hemos podido reunir pero seguimos haciendo música”

Por su parte, Sayonara es una banda rock-pop creada en el 2014 y que integran Camilo Lagos (cantante y guitarrista), Pablo Castriota (Tecladista),Diego Bene (baterista y cantante) y Charlie Michalik (bajista).

Antes de que se decretó la cuarentena tenían un show para el que se habían preparado con meses de ensayo y producción. Sin embargo debieron cancelar y enfocarse en hacer música desde sus casas.

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Si bien no se han podido reunir en un estudio, de manera virtual crearon una nueva canción y video que lanzaron el 30 de abril. “Camilo envió una grabación casera con su guitarra y voz marcandonos la estructura del tema, yo en mi casa le agregué una batería digitalmente le pasé eso al bajista, luego de que grabará el se las paso al tecladista Y finalmente llegó al cantante, cada uno fue grabando su parte en capas en y yo me encargué de mezclar todo y producir la canción. Ahora abrimos el juego para que el Bajista también haga mezclas y repartir más el trabajo”, explicó Bene.

Los integrantes de Sayonara no viven económicamente de la banda pero la actual situación frenó la posibilidad de presentarse y seguir dándose a conocer ante el público.

Durante este tiempo Camilo, Pablo, Diego y Charlie se han dedicado cada uno por su lado a otros trabajos, además de aprender y actualizarse sobre música. “Seguimos con nuevas canciones y en el desarrollo de nuestro sonido, por suerte estamos en un excelente momento para eso”, dijo Bene.

musicos en cuarentena
 Los integrantes de Sayonara: Charlie Michalik, Diego Bene, Pablo Castriota y Camilo Lagos

Los integrantes de Sayonara: Charlie Michalik, Diego Bene, Pablo Castriota y Camilo Lagos

Diego, Marina y los integrantes de Sayonara, al igual que los cientos de músicos que hay en el país intentan sobrellevar los días de alguna manera; ya sea creando música o dedicándose a enseñar a otros su arte, y claramente, las redes sociales son la principal llegada a su público. El live streamings ha sido sin duda la plataforma más usada por los artistas en todo el mundo. ¿Pero qué viene después? ¿Puede el streaming realmente ayudar a paliar las pérdidas de los artistas?

El nuevo protocolo que no integra a todos y todas

La Ciudad de Buenos Aires aprobó un protocolo que habilita parcialmente la actividad musical (sin público) en salas de ensayos, clubes de música y estudios de grabación. Sin embargo, el documento elaborado de manera conjunta entre la Asociación Civil de Managers Musicales Argentinos (Acmma) y el Ministerio de Cultura porteño "no contempla al total de los y las protagonistas” que intervienen en “las actividades de la creación, interpretación y grabación en estudios vía streaming", según alertaron entidades y colectivos vinculadas a la música independiente.

Por esto, la Unión de Músicos Independientes (UMI), el Sindicato Argentino de Músicos (Sadem), la Cámara de Clubes de Música en Vivo (Clumvi) y la Red de Mujeres en el Sonidos (RMS), entre otras entidades, solicitaron una reunión de “carácter urgente” con el ministro de Cultura porteño, Enrique Avogadro, para expresarle su "preocupación" y proponerle que el protocolo vigente "sea ampliado" e incluya a todos los actores de la actividad musical.

Entre las consideraciones, proponen revisar las formas de acreditación de permisos de circulación, incluir a todos los espacios musicales habilitados (o los que tengan habilitación en trámite), incluir los ensayos para quienes van a grabar y/o tocar en los shows a transmitirse por streaming, habilitar las clases particulares de música con distanciamiento social y revisar los horarios en los que se pueda desarrollar la actividad ya que, según el protocolo actual, “en todos los casos la actividad se desarrolla en horario nocturno de 21 a 5 de la mañana”.

Las salas, estudios y lugares destinados a la actividad tendrán la capacidad máxima en simultáneo de diez personas en el salón principal, siempre que pueda garantizarse la ocupación de una persona cada 15 m²”, precisa el protocolo. Y este es uno de los requisitos más difíciles de cumplir para muchos de los espacios culturales. La mayoría de los clubes de música quedan afuera con esta medida, casi ningún lugar tiene esas dimensiones.

"En materia del espacio físico -abundó- con las medidas que establece el protocolo, ION que es uno de los estudios más grandes de la ciudad no se podría usar, quedaría chico. Prácticamente habría que usar un estudio de TV para poder grabar un disco. Y eso hay que modificarlo", precisó a Télam, Ana Tarantola de Aatia, tras el pedir la corrección del protocolo.

"Hay muchos músicos, ingenieros de sonido que no están afiliados y esta medida los deja afuera. El protocolo debe comprender que el 80 por ciento de la música es independiente y no contemplarlo es coartar la libertad de trabajo", subrayó.

Respecto de las autorizaciones para las grabaciones de discos, Tarantola señaló que "los estudios necesitan seguir trabajando y grabar discos es nuestro rol. Los horarios nocturnos que fija el protocolo no alcanzan y no contemplan todo. Esa medida se choca con otras medidas que tiene la ciudad, hay que revisarlas".