VTV: los detalles que podrían hacer que desapruebes la verificación vehicular
Este documento es fundamental en todo el país y busca reducir los accidentes viales. Los detalles en la nota.
Los detalles que podrían hacer que desapruebes la verificación vehicular.
La Verificación Técnica Vehicular (VTV) es un trámite obligatorio para garantizar la seguridad en las calles y rutas. Durante la inspección, se revisan el sistema de frenos, luces, neumáticos y otros componentes clave del vehículo para asegurar su correcto funcionamiento y prevenir accidentes viales, lo que se reduce en una conducción segura y efectiva.
Las modificaciones a este sistema de inspección no sólo modifican los plazos en los que deben realizarse las revisiones, que siguen siendo obligatorias, sino también amplían el formato de los centros donde los vehículos deben ser inspeccionados. Si no cumplís con estos requisitos se puede aplicar la multa.
El motivo por el que te pueden rechazar la VTV
Al momento de realizar la Verificación Técnica Vehicular se controlan diversos componentes del automóvil y la revisión de los neumáticos es uno de los aspectos que mayor importancia.
En este sentido, si en el chequeo llevado a cabo por los técnicos de la VTV se detecta que los neumáticos están desgastados por el uso o presentan deformaciones, el trámite no será aprobado hasta en tanto no se modifiquen las cubiertas.
No obstante, el personal encargado de chequear el estado general puede rechazar la VTV si se detecta alguna de las siguientes fallas:
- Frenos en mal estado: desequilibrio entre ejes, falta de eficacia o pérdida de líquido de freno.
- Luces defectuosas: lámparas quemadas, mala alineación o intensidad incorrecta en faros delanteros, traseros o de freno.
- Neumáticos deteriorados: desgaste excesivo, cortes visibles, deformaciones o dibujo por debajo del límite legal.
- Emisión de gases contaminantes: niveles de monóxido de carbono o hidrocarburos superiores a los permitidos.
- Pérdida de fluidos: fugas de aceite, combustible, líquido refrigerante o hidráulico.
- Dirección con holgura o fallas: componentes flojos, daños en la caja de dirección o alineación incorrecta.
- Suspensión deficiente: amortiguadores desgastados o muelles en mal estado que comprometen la estabilidad del vehículo.
- Chasis o carrocería dañados: estructuras con corrosión severa, fisuras o reparaciones inseguras.
- Parabrisas o vidrios rotos: elementos que reducen la visibilidad o afectan la seguridad del conductor.
- Espejos retrovisores faltantes o rotos: ausencia o mal estado de los espejos externos o interno.
- Cinturones de seguridad defectuosos: trabas que no funcionan o correas dañadas.
- Bocina o limpiaparabrisas inoperativos: sistemas de señalización o limpieza sin funcionamiento.
- Matrículas ilegibles o mal colocadas: patentes deterioradas, tapadas o en ubicación incorrecta.
- Escape dañado o ruidoso: caños de escape con fugas o que superan los límites de ruido reglamentarios.
- Elementos de seguridad faltantes: extintor, balizas o botiquín ausentes en los casos que la normativa lo exige.
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