Se cumplen 100 años del inicio de la Primera Guerra Mundial
Un últimatum austrohúngaro a Serbia y los disparos de la armada fluvial austríaca contra Belgrado dieron inicio el 28 de julio de 1914 a la sangrienta Gran Guerra.
La
Primera Guerra Mundial comenzó el 28 de julio de 1914, primero con un telegrama
del Imperio Austro-Húngaro declarando la guerra a Serbia, seguido pocas horas
después por los disparos de la armada fluvial austríaca contra Belgrado.
El escueto telegrama fue enviado desde Viena mediante el servicio común de
correos imperiales de Austria-Hungría, a través de Budapest y Belgrado, para
llegar finalmente a Nis, al sur de Serbia. Allí se encontraba refugiado el
Gobierno de Serbia, anticipando un posible golpe militar de los austríacos y
asumiendo que la capital serbia era indefendible.
Horas antes, en Belgrado, un empleado local de correos vio el contenido de la misiva
cerca del mediodía del día 28 y lo filtró a la prensa local. Ésta rápidamente
produjo ediciones especiales sobre la declaración de guerra, causando pánico
entre la población capitalina que vació en pocas horas las tiendas de
alimentos.
El histórico telegrama, firmado por el propio Emperador austríaco Francisco
José, se encuentra hasta hoy en Belgrado, en el Archivo Nacional de Serbia.
Según explica Ljubinka Skodric, una experta del Archivo, el mensaje -escrito en
francés- constituía una forma "poco común" y "alejada de los
usos diplomáticos de la época". Tan heterodoxo fue el telegrama, que
Belgrado incluso sospechó de la autenticidad del mensaje. El entonces primer
ministro serbia, Nikola Pasic, llegó a pedir a sus diplomáticos en Rumanía que
lo confirmaran.
El Archivo Nacional guarda también el ultimátum presentado por Viena a Belgrado
el 23 de julio, con el que reaccionaba al asesinato -25 días antes- en Sarajevo
de Francisco Fernando, el heredero al trono de los Habsburgo, a mano de un nacionalista
serbo-bosnio.
"Lo más conflictivo del ultimátum fue la exigencia de que autoridades
austro-húngaras efectuasen en territorio serbio investigaciones sobre la
implicación de Serbia en el atentado, algo que ningún país soberano de la época
podía aceptar", cuenta Skodric.
Menos de doce horas después de llegar el fatídico telegrama a Serbia, los
primeros disparos de la guerra fueron efectuados por el monitor Bodrog, el
orgullo de la armada fluvial de Austro-Húngara.
Entre la medianoche del día 28 y las 02.00 de la madrugada del día 29 de julio
se produjo un primer intercambio de fuego entre las dos partes y con ello las
primeras bajas de esta guerra: dos del lado austríaco y dos del lado serbio.
El Sava y el Danubio, los dos ríos que confluyen en Belgrado, representaban la frontera
directa entre el Imperio Austro-Húngaro y el entonces Reino de Serbia.
"El ataque, lógicamente, comienza desde los ríos, va directo contra la
capital debido a su inmediata cercanía", explica a Efe el historiador
serbio Milan Gulic.
Además de la importancia geográfica, fue esencial la "presión
psicológica" y el miedo que infundían este tipo de barcos, ya que su
blindaje era insuperable para las defensas serbias.
Los cañones de 120 milímetros del Bodrog iniciaron un conflicto que se
prolongaría durante cuatro años, dejando unos 10 millones de muertos, de ellos,
más de un millón de serbios.
El que si sobrevivió fue el Bodrog, trasladado al final del conflicto por los
austríacos a la desembocadura del Danubio para proteger, junto a otros dos
buques, la retirada de sus tropas.
Pero el Bodrog nunca llegó a su destino final, Budapest, y los intentos
austríacos de recuperarlo fueron inútiles, recuerda Gulic.
Así, el barco quedó en manos serbias, como botín de guerra y fue usado durante
otras cuatro décadas más como barco militar yugoslavo, antes de ser abandonado
en el Danubio cerca de Belgrado.
En 2005 el buque fue declarado "bien cultural técnico" de Serbia y
sobrevive hasta hoy como plataforma de una gravera, tras ser testigo de un
siglo de la Historia de Europa.
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