Desenterró y robó los cadáveres de 29 niñas, pero no irá a la cárcel
Un historiador obsesionado con la muerte profanó 150 tumbas para dar con los cuerpos de las pequeñas, que luego convirtió en muñecas y puso en su casa.
Pero robar los cuerpos no fue suficiente para Moskin, quien investigó la historia de cada una de las 29 niñas que se llevó a su casa. El hombre se encargó de vestirlas de fiesta, les cubrió la piel y los huesos con género y celebró los cumpleaños de cada una de ellas, y hasta escribió un libro sobre cómo convertir cadáveres en muñecas.
Antes de su internación en un psiquiátrico, Moskin era considerado una eminencia entre los historiadores especializados en cementerios y era conocido por sus investigaciones de lápidas y sitios fúnebres, informó el sitio DM al momento de su arresto.
La fijación de Moskin con la muerte empezó cuando tenía 12 años y se cruzó con el cortejo fúnebre de una niña de 11 años. Al parecer, los deudos de la pequeña lo obligaron a besarla y desde entonces surgió en él un interés desmedido por la muerte y todo lo que tiene que ver con ella.
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