El jugador de Racing que llegó a jugar en Italia y hoy se dedica a la cría de vacas
Fue una de las grandes promesas del fútbol argentino, pero las lesiones lo obligaron a cambiar de destino. ¿De quién se trata?
Jugó en Racing y Europa, pero las lesiones apagaron su talento y abrieron camino al mundo rural.
El fútbol argentino está lleno de historias increíbles y llamativas, pero no todas tienen un final feliz. Hay jugadores que, con talento de sobra, se quedan a mitad de camino por razones que no siempre tienen que ver con lo que hacen dentro la cancha.
Claudio Paris es uno de esos casos. Con todas las condiciones para romperla, debutó en el fútbol local y hasta tuvo su chance en Europa. Sin embargo, las lesiones le jugaron una mala pasada y no pudo consolidarse. Al final, tuvo que colgar los botines antes de lo esperado y buscar otros rumbos para seguir adelante.
Claudio Paris y su paso por el fútbol
Paris comenzó su camino futbolístico en las divisiones juveniles de Estudiantes de La Plata, donde jugaba como mediocampista central. En el “Pincha” dejó huella con su talento, destacándose especialmente por un gol inolvidable en el clásico frente a Gimnasia en 1996. A pesar de su buen rendimiento, su relación complicada con el técnico de entonces lo llevó a buscar nuevos horizontes en Newell’s Old Boys.
En Rosario, Paris compartió equipo con grandes figuras como Gabriel Heinze y Maxi Rodríguez, mostrando un nivel que despertó el interés de clubes europeos. Este desempeño lo llevó a dar el salto al Perugia, en Italia. Sin embargo, una lesión lo frenó cuando estaba comenzando a adaptarse al fútbol europeo, acortando su paso por el club a solo un año.
De regreso en Argentina, recaló en Racing Club, donde las secuelas de una lumbalgia sufrida en Italia limitaron su tiempo en cancha. Entre 2002 y 2003, la falta de continuidad y los problemas físicos terminaron siendo decisivos. A los 29 años, Paris optó por retirarse del fútbol profesional.
Su vida después del retiro
Tras colgar los botines, Paris intentó mantenerse ligado al fútbol, trabajando como ayudante de campo en Aldosivi. Sin embargo, con el tiempo, su entusiasmo por el deporte fue disminuyendo.
Finalmente, se instaló en 25 de Mayo, Buenos Aires, donde encontró la paz que buscaba lejos de las presiones del fútbol profesional. Allí se dedica a la cría y venta de ganado, una actividad que le permite llevar un estilo de vida más tranquilo.
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