No va más: tras meses de incumplimientos, Rampla Juniors rompió lazos con Foster Gillett
Los socios del histórico club uruguayo votaron por la rescisión del contrato con la SAD administrada por el empresario estadounidense, ante reiteradas deudas y promesas incumplidas.
Rampla Juniors atraviesa un nuevo capítulo institucional tras la decisión unánime de sus socios de romper el vínculo con Soriano Fútbol Club S.A.D., encabezada por el empresario estadounidense Foster Gillett. La medida, adoptada en asamblea, se tomó luego de más de dos meses de intimaciones sin respuesta ni cumplimiento de las obligaciones establecidas en el contrato firmado en enero de 2025.
Según el comunicado oficial emitido por la institución, la empresa de Gillett incumplió con los pagos acordados en el Anexo A del contrato y con las responsabilidades de gestión establecidas en la cláusula “Obligaciones de la S.A.D. y Derechos del Club”. Al vencerse los plazos sin respuesta, los socios resolvieron poner fin al acuerdo y avanzar con las acciones legales correspondientes, buscando recuperar la autonomía y los derechos patrimoniales del club.
El caso de Rampla Juniors refleja la crisis que atravesó la institución desde que se transformó en Sociedad Anónima Deportiva (SAD) a fines de 2024. El proyecto, que prometía un rápido ascenso deportivo con el respaldo de capitales internacionales, terminó en un rotundo fracaso. Con Leandro Somoza como entrenador, el equipo sufrió una dura derrota 8-0 ante Colón en su debut y debió esperar once fechas para lograr su primera victoria.
Los estragos que hizo el desembarco de las SAD en Rampla Juniors de Uruguay
A la mala campaña se sumaron los conflictos financieros: salarios impagos, deudas con empleados y jugadores, y la ausencia total de Gillett en Montevideo. La situación derivó en un caos institucional que culminó con el descenso a la Tercera División del fútbol uruguayo, un hecho inédito en los 111 años de historia del club.
Actualmente, Rampla enfrenta un pasivo superior a los siete millones de dólares, con medio millón más en sueldos atrasados. Pese al panorama adverso, los socios decidieron recuperar el control total del club y encarar una nueva etapa sin la participación de la SAD. Con esta decisión, la institución busca reconstruirse desde sus bases y recuperar la identidad que la caracterizó durante más de un siglo de historia en el fútbol uruguayo.
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