Por qué no se cerró el acuerdo con el FMI

Economía

El viernes la Argentina debería pagar unos u$s730 millones al FMI y otros u$s300 millones más la semana que viene.

La Argentina negocia contrarreloj con el Fondo Monetario Internacional (FMI). De no alcanzar un acuerdo en las próximas horas deberá hacer frente en los próximos a vencimientos por más de mil millones de dólares. Se trata de los primeros vencimientos del acuerdo firmado por el ex presidente Mauricio Macri en 2018 y por el cual este año, sólo este año, la Argentina debería pagar casi 20 mil millones de dólares al FMI. Algo que ya se sabe, es imposible.

A pesar de los avances logrados en los últimos meses persiste un punto en el que el gobierno de Alberto Fernández, con Martín Guzmán al frente de las negociaciones, y el FMI no logran terminar de ponerse de acuerdo: el sendero para alcanzar el equilibrio fiscal.

Mientras la Argentina apunta a alcanzar el déficit cero en 2026 sobre la base del crecimiento de la economía el FMI exige acortar los tiempos y realizar un duro ajuste para alcanzar ese objetivo.

Guzmán propone una "aterrizaje suave" hacia el equilibrio fiscal y propone un déficit del 2,5% del PBI para este año, del 2% en 2023, del 1% en 2024, del 0,5% en 2025 y así llegar a 2026 con déficit cero.

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El FMI le exige además a la Argentina realizar un fuerte ajuste este año para terminar 2022 con un déficit fiscal del 2%. Es decir le exige recortar el déficit otro 0,5 puntos porcentuales más. Además exige que el déficit en 2023 sea del 1,4% del PBI y no del 2% como propone la Argentina.

Y para 2024 exige todavía mayores ajustes para llegar al déficit cero en 2025.

Por qué no se cerró el acuerdo con el FMI

Sin acuerdo todavía, el pago de 731 millones de dólares que debe realizar la Argentina este viernes no fue confirmado todavía por el Gobierno. Según consignó este jueves Julián Guarino en ámbito, el Gobierno "sólo estaría dispuesto a hacer ese desembolso si, de máxima, logra que el FMI se acerque lo más posible a la propuesta de Guzmán o, en todo caso, si el Gobierno logra avanzar lo suficiente como para abrir una nueva fase de la negociación con algunas garantías en el haber".

Es decir que la confirmación del pago depende de una sutil percepción: si todo el Gobierno considera que la instancia de negociación ha dado algún fruto (aunque aún no se haya llegado a un acuerdo) entonces se autorizaría el pago con el compromiso de seguir la conversación y respetar lo pactado hasta ese punto. Claro está que no sólo la Casa Rosada y el Palacio de Hacienda deben corroborar esa apreciación de avance real -muchas veces subjetiva- en función de la aversión a la ruptura negociadora.

Al menos dos fuentes de Gobierno que participan de las conversaciones con el FMI señalaban ayer que se habían logrado “avances”, lo que remitía a la posibilidad de que la Argentina mantenga la chance de conservar su autonomía para definir qué clase de política fiscal debería aplicar al menos en los próximos dos años, es decir, 2022 y 2023. Sería entonces un acuerdo de Facilidades Extendidas sin el compromiso de reformas estructurales en el corto plazo y con una supervisión que no genera la incertidumbre de la “aprobación” permanente por parte del FMI.

La posición de la Argentina hasta el momento era de un déficit cero en el año 2027, mientras que el FMI pedía hacerlo en 2024.

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