El camino de Iliana
Que canta mal, que canta bien. Que es una ridícula, que es una diva en ascenso. A Iliana Calabró la critican para bien y para mal. Pero todos hablan de ella. ¿Cómo fue que la morocha, con disco editado hace apenas un mes, llegó a conquistar la pantalla chica?
Para Iliana, los escenarios ya le llamaban la atención desde joven, pero a su padre mucho la idea no le cerraba. Sin embargo, Iliana se anotó en el Conservatorio de Arte Dramático y egresó con el mejor promedio de su promoción. Luego trabajó con su padre en televisión y en cine.
Justamente, su debut artístico fue cinematográfico: un pequeño papel en la película “Mingo y Aníbal en la mansión embrujada” y luego ganó más pantalla haciendo de una gitana protectora en la película “Johny Tolengo, el majestuoso”, de 1987.
Después vinieron las apariciones en “El Contra”, donde Iliana hacía de una italiana seductora y muy mal humorada. Luego de una pausa, donde se casó y tuvo dos hijos, regresó al espectáculo a con obras de teatro y espectáculos de revistas. Hace dos años, ella y Jessica Cirio protagonizaron un escándalo en Villa Carlos Paz, en una obra en la que las chicas se comieron la boca a besos.
Antes del “estallido Iliana”, la morocha era una vedette Sofovich más. Encabezaba la obra “Soltero con dos viudas” en la calle Corrientes junto a Silvina Luna y ya tenía un nombre en el medio.
Sin embargo, una tarde fue como invitada a "Tiempo límite", el programa en vivo del jefe Gerardo Sofovich, y lo criticó delante de cámara, haciendo referencia a que al “ruso” le costaba largar la plata: “Tenés los bolsillos cosidos, Gerardo”, acusó ella, quien todavía asegura que fue una broma. Pero Gerardo se calentó y la “desafectó” del staff del elenco.
Y después vino el bum. Llegó “Cantando por un sueño” y todo cambió. Ella y el soñador Ricardo Rubio, un joven de 25 años y de Punta Alta, cuyo sueño es poder ayudar a terminar el quirófano del hospital de su ciudad, disfrutan del éxito televisivo del momento. Todo esto acompañado por un disco, donde Iliana se da el lujo de hacer lo que siempre quiso: cantar, o algo parecido.
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