Ex Gran Hermano se sumó a Cuestión de Peso y sorprendió con su confesión: "Tomé mamadera hasta los..."

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El exintegrante de la casa más famosa del país causó revuelo al revelar hasta qué edad tomó la mamadera.

La participación de Ariel Ansaldo, ex Gran Hermano, en Cuestión de Peso no tardó en generar repercusión. Con su estilo descontracturado y sin filtros, el exenemigo de Alfa en la casa más famosa del país volvió a llamar la atención al confesar su particular relación con la leche.

“Yo amo la leche en todas sus formas”, declaró sin pudor frente a las cámaras, dando pie a bromas y comentarios entre sus compañeros y el panel del programa. Como si eso no bastara, Ariel sumó otro dato que dejó a todos sorprendidos: todas las noches toma “un litro de leche” blanca y fría, directamente de la botella, antes de irse a dormir.

El comentario provocó risas, y fue entonces cuando Javier Verón lanzó una broma al respecto, diciendo que parecía “un ternero”.

Al hablar sobre lo que siente al consumir leche, Ariel no dudó: “La leche me da vida, bienestar”.

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Entre chistes y guiños con doble sentido, Big Ari siguió entregado al juego televisivo y soltó una de las frases más inesperadas: “La mamadera la tomé hasta los 12 años”.

Con tono pícaro, apuntó con humor al reconocido pediatra Mario Socolinsky, a quien culpó por su amor por la leche debido a su constante promoción de la lactancia: “La dejé cuando pasé de la primaria al secundario”.

Y concluyó diciendo: “El tema es la ansiedad oral. Uno necesita la oralidad”, concluyó Ariel.

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Así fue la presentación de Ariel Ansaldo en Cuestión de peso

La llegada de Ariel Ansaldo, más conocido como Big Ari, a Cuestión de Peso no pasó desapercibida. El ex Gran Hermano se presentó ante el público con una mezcla de humor y sinceridad sobre su imagen actual y su lucha con el sobrepeso.

“Yo era hermoso, era como Brad Pitt. Era una preciosura, era rubio, tenía pelo largo, físico estupendo, carisma. Llegar a un lugar y llamar la atención, ser el centro de las miradas. Ahora también no soy, pero un par de cambios hubo, unos 20 o 30 kilitos de más”, se empezó presentando.

Con la misma honestidad, Ariel habló de sus debilidades a la hora de comer: “Lo que me pierde a mí son las harinas, la pizza. Una crocante de muzzarella, una fugazzetta rellena. Mi sobrepeso, mi obesidad, va por ser harinero”.

En su testimonio, también dejó en claro que su paso por el programa es parte de un compromiso personal con su bienestar: “Llegó el momento de enfrentar un gran cambio y sacrificio, de salir de una vez por todas de mi zona de confort. Quiero mejorar mi cuerpo, mi salud y, por qué no, mi vida. Ahora que engordé, tengo el pubis adiposo, no me gusta. Esa parte me da bronca, y el culo, yo tenía lindo culito. Ahora también se me cayó y hay unos pocitos de celulitis. Mi meta es llegar a diciembre muchísimo mejor, hace meses que no me peso, pero vengo a bajar, ojalá que se dé”, cerró.

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