Kun, el príncipe del acordeón, habló del crecimiento de su carrera y sus referentes en la música
En diálogo con minutouno.com, el cantante hizo referencia a su incorporación al nuevo sello discográfico Wepa Records.
Julian Esteban Gómez, conocido en el mundo de la cumbia como “Kun, El Principe Del Acordeon” es un cantante y compositor argentino nacido en Maquinista Savio, al norte de la Provincia de Buenos Aires.
Su pasión por la música arranca temprano, cuando a los trece años su abuelo le regala un teclado y un acordeón, y nunca se detiene.
Kun tuvo su comienzo en la movida tropical como DJ y, al sentir la necesidad de crear y difundir su propia producción musical, fundó la banda “Indios de la Noche”. A principios de 2020, decidió lanzarse como solista utilizando el acordeón como armadura, y continuar trabajando con la banda como proyecto simultáneo.
El cantante se sumó Wepa Records, el nuevo sello de cumbia independiente liderado por Orco Videos.
Wepa se dedica a la producción y difusión de la cumbia contemporánea, e impulsa la renovación del género sin perder su esencia histórica. Ya cuenta entre sus artistas con Mc Caco, Santi Cairo (ex Yerba Brava) y Kun, el príncipe del acordeón.
En diálogo con minutouno.com, Kun, el príncipe del acordeón, habló del crecimiento de su carrera, sus referentes y lo que significa pertenecer a este nuevo sello discográfico.
Entrevista completa a Kun, el príncipe del acordeón
¿Por qué cumbia?
Kun: Para mí la cumbia, más que un estilo, es una esencia. Y trato de no dividirla en diferentes estilos de cumbia, sino que la cumbia es una esencia que se puede interpretar de diferentes maneras, en diferentes formas. Y justamente mi manera de poder transmitir o utilizar un lenguaje más místico, para mí, es a través de la cumbia, que es la esencia que mejor puedo interpretar.
¿Cómo tomás esta incorporación en Wepa Records, sabiendo que es un sello nuevo, con ganas de crecer y que te hayan tenido en cuenta vos?
La verdad que Wepa Records es lo mejor que me pasó con Orco. Es la primera vez que conocí un sello que escucha al artista, que quiere interpretar y plasmar lo que uno tiene en la mente, y no solo negocio, creo que el negocio después viene por otro lado.
Es más que nada tratar de dar un mensaje y tratar de plasmar lo que uno tiene en la mente y en el corazón lo mejor posible. Y Wepa Records es lo que me está dando la posibilidad de hacerlo.
Recién lo nombraste a Orco. ¿Qué se siente trabajar con él?
Es un capo, es un gran amigo, un gran compañero. Y la verdad que, posta que es la única persona que conocí que me escuchó cuando le conté una canción y dijo, 'vamos a plasmarlo de la mejor manera'. Ahí surgimos con el tren de la cumbia.
¿Qué referentes tomás de la cumbia?
Tengo tres, por ejemplo, tengo tres referentes de diferentes formas. Pablo Lescano es uno y la verdad que al que le va bien, nosotros agradecemos porque nos abre las puertas a nosotros también de poder mostrar lo nuestro.
Lescano, la verdad que a mí me enseñó a saber lo que era la esencia de la cumbia, la música y poder interpretar y cantar cosas cotidianas.
Después, por otro lado, aprendí mucho de Andrés Landero, que es un acordeonista colombiano, que él cantaba mucho a la cosecha, cantaba mucho a los montes, contaba mucho lo que él hace en su vida cotidiana, el día a día.
Hoy en día yo reflejo mis canciones desde ese lado también. Trato de hacerlo un poco más metafórico, pero también trato de contar lo que sucede el día a día.
Y es una combinación también en algún punto con Lescano, que es una forma respecto a melodía y musical que lo puedo mezclar. Después, por otro lado, admiro mucho a la Delio Valdéz, porque es una banda que, a través de una cooperativa y un trabajo en equipo, logró abrir un montón de puertas a un montón de artistas que quizás se nos complicaba mucho más. Y gracias a ellos, en algún punto, hoy en día, estamos pudiendo mostrarnos mucho más al mundo.
¿Cómo sumaste el acordeón?
Sinceramente nunca lo pensé, nunca dije voy a ser músico o esto, no, nada. De andar en la calle y de pronto aprender a tocar un piano y a días que llega mi cumpleaños comprarme un acordeón para poder tocar el piano en la calle, era la idea.
Y nunca me perfeccioné en el instrumento, pero era tocar dos notas y escribir un millón de canciones, contar un montón de cosas. Y eso lo fui incorporando mucho, después fui aprendiendo más en el estilo, en el instrumento, mirando, escuchando. Hoy en día si me pongo a sacar una canción capaz me cuesta más, pero si la sueño, la aprendo en los sueños, eso me pasa mucho.
¿Cómo es eso? Me interesa...
Estoy soñando y trato de despertarme en los sueños y aprendo a tocar el acordeón ahí, despertarse viendo la melodía, los movimientos, es una lógica y son patrones más de vista y de memoria, más que de técnica.
Obviamente la técnica y lo que es el movimiento de dedos ayuda mucho, pero a mí me cuesta un poco más, tal vez no es darle tanto, sino sentirlo un poco más, escucharlo un poco más.
¿Cómo te diste cuenta que querías ser músico, dedicarte a la música?
No, nunca me di cuenta, hasta el día de hoy todavía no lo sé. Claramente me dedico a esto, vivo de esto y me dedico a esto. Pero nunca lo pensé, es cuestión de hacer lo que uno quiere. La única manera que me vaya bien es haciendo lo que quiero. Y tal vez lo más difícil es saber qué es lo que quiero, porque no sé en lo que quiero yo en sí.
Hoy en día quiero mandar un mensaje, quiero dar un mensaje diciendo cosas muy simples que están al alcance de nuestros ojos, todo el tiempo adelante de nosotros, que no lo vemos porque se nublan por la rutina, por las costumbres.
¿A qué apuntas? ¿Cuál es tu objetivo?
Yo busco poder dar un mensaje. Dar un mensaje implica tener muchos oyentes, pero también es muy jugado, capaz de decir, bueno, saco un tema, la pego y tengo un montón de oyentes porque no voy a apuntar por ese lado, voy a apuntar a ser por otro lado más inmortal, sería.
Mi idea es hacer un laburo que sea correcto de acá hasta que me muera, que sea inevitable, que la gente me conozca y me pueda escuchar.
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