El beso bajo el muérdago: el ritual navideño que sigue vigente en todo el mundo
Una tradición con siglos de historia que atraviesa culturas y generaciones, y que cada Navidad reaparece como símbolo de amor, deseo y buena fortuna.
Cada diciembre, el muérdago vuelve a ocupar un lugar especial en las celebraciones navideñas de distintos países. Colgado en puertas, techos o rincones del hogar, este pequeño ramo verde protagoniza uno de los rituales más conocidos de la época: el beso bajo el muérdago, una costumbre que se mantiene viva y cargada de significado.
El origen de esta tradición se remonta a antiguas culturas europeas. Para los pueblos celtas y nórdicos, el muérdago era una planta sagrada asociada a la fertilidad, la protección y la reconciliación. Con el paso del tiempo, la creencia evolucionó hasta transformarse en un gesto romántico: besarse bajo el muérdago aseguraría buena suerte, prosperidad y un vínculo duradero.
Durante la era victoriana, especialmente en Inglaterra, el ritual se popularizó y adquirió reglas propias. Se decía que por cada beso debía retirarse una de las bayas del muérdago y que, una vez agotadas, el hechizo perdía su efecto. Desde entonces, la costumbre se expandió a otros países y se integró a las celebraciones familiares y sociales de Navidad.
En la actualidad, el beso bajo el muérdago conserva su carácter simbólico y festivo. Más allá de las creencias originales, representa un momento de complicidad, afecto y alegría, ya sea entre parejas, amigos o seres queridos.
Así, año tras año, este antiguo ritual demuestra que, aun en un mundo en constante cambio, ciertas tradiciones navideñas siguen teniendo la capacidad de unir a las personas y aportar un toque de magia a las celebraciones.
Si querés que la magia del muérdago te acompañe, ya sabes...
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