La anomalía magnética que afectaría a la Argentina, según la NASA

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Una nueva advertencia encendió las alarmas en el mundo científico: un fenómeno magnético en el Atlántico Sur podría tener consecuencias tecnológicas directas en la Argentina.

La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) emitió una alerta por una irregularidad en el campo magnético de la Tierra, registrada entre América del Sur y el suroeste de África. Este fenómeno, conocido como Anomalía Magnética del Atlántico Sur (AMAS), viene siendo monitoreado desde hace décadas, pero en los últimos años mostró un comportamiento más inestable que preocupa a los científicos.

La anomalía no es nueva: fue descubierta en 1958, pero volvió a ser noticia en 2020, cuando se detectó una división en dos núcleos distintos dentro de la zona afectada. Según explicó la NASA, la debilidad del campo magnético en esa región permite que partículas solares de alta energía penetren más profundamente en la atmósfera, lo que podría comprometer el funcionamiento de satélites, naves espaciales y sistemas electrónicos.

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Argentina se encuentra en el centro de la zona afectada, por lo que agencias espaciales y equipos de investigación mantienen un monitoreo constante. La principal preocupación es que los dispositivos que atraviesan esa región del espacio podrían sufrir fallos, especialmente durante tormentas solares.

Los detalles de esta anomalía magnética

El origen del fenómeno se encuentra en el comportamiento del núcleo externo terrestre, compuesto por metales líquidos en constante movimiento. Esos flujos generan el campo magnético del planeta, y sus variaciones naturales pueden provocar zonas de debilitamiento como la que se observa en el Atlántico Sur.

En el caso de la AMAS, los cinturones de radiación de Van Allen —estructuras que rodean la Tierra y la protegen de partículas solares— descienden a altitudes más bajas, lo que facilita el ingreso de radiación. Aunque esto no tiene efectos sobre la salud humana, sí puede causar interferencias graves en los instrumentos tecnológicos que operan en órbita baja.

Para estudiar su evolución, la NASA y otras agencias científicas utilizan satélites como ICON y Swarm, que recolectan datos en tiempo real sobre la intensidad del campo magnético. Estos estudios permiten anticipar los cambios y diseñar estrategias para proteger los sistemas vulnerables.

Por ahora, no hay medidas urgentes que deban tomar los ciudadanos, pero el fenómeno plantea desafíos importantes para el futuro de las comunicaciones y la tecnología espacial. Mientras tanto, Argentina continúa bajo la mirada de los científicos por su posición estratégica en esta anomalía.

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