Amnistía Internacional le reclamó a Cuba poner fin a "prácticas autoritarias" contra mujeres defensoras de DDHH
De acuerdo con Amnistía Internacional, las autoridades en Cuba "implementa un patrón sistemático de represión que afecta de manera específica y diferenciada a mujeres que ejercen activismo, periodismo y defensa de derechos humanos".
Amnistía Internacional emitió este miércoles un duro comunicado sobre la situación en Cuba, país al que acusó de reprimir a mujeres defensoras de los derechos humanos. "El gobierno de Cuba debe poner fin a la violencia de género institucional contra mujeres defensoras de derechos humanos, periodistas y activistas", declaró hoy Amnistía Internacional en el marco del lanzamiento de su nuevo informe “Nos quieren calladas, pero seguimos resistiendo: prácticas autoritarias y violencia estatal contra las mujeres en Cuba”.
El informe de Amnistía Internacional denuncia que el Estado cubano implementa un patrón sistemático de represión que afecta de manera específica y diferenciada a mujeres que ejercen activismo, periodismo y defensa de derechos humanos. Las prácticas incluyen detenciones arbitrarias, vigilancia indebida, criminalización injusta, desaparición forzada y otros tipos de violencia institucional, en un entorno marcado por la impunidad ante violaciones de derechos humanos y la falta de garantías judiciales.
“Las mujeres defensoras en Cuba son castigadas no solo por alzar la voz, sino también por ser madres, periodistas y lideresas sociales”, afirmó Ana Piquer, directora regional para las Américas de Amnistía Internacional. “El Estado utiliza la violencia de género como herramienta de represión: busca quebrar su dignidad, su entorno familiar y su fuerza colectiva”, añadió.
El informe analiza hechos ocurridos entre 2014 y 2025 y revela que además de prácticas autoritarias, las mujeres sufren formas específicas de represión por parte de agentes estatales que constituyen violencia estatal de género, como desnudos forzados y registros corporales invasivos, estigmatización por género, edad y orientación sexual, y uso de la maternidad, las labores de cuidado y las amenazas contra sus familiares como mecanismos de intimidación y control.
Amnistía Internacional recogió el testimonio de una de las víctimas que advirtió que “el trato hacia mí ha sido más cruel por ser mujer y madre. Me amenazan a través de mis hijos, me gritan en público, intentan usar la culpa como arma. Es un ensañamiento particular contra las mujeres que alzan la voz”.
Otra víctima contó cómo un agente estatal la agredió físicamente durante su detención y la obligó a soportar comentarios sexuales. “El asco que sentí es indescriptible”, comentó.
El informe incluye testimonios como los de Yenisey Taboada, madre de una persona presa por razones políticas; Luz Escobar, periodista independiente; o María Matienzo, defensora de derechos humanos, que ilustran cómo el hostigamiento físico, digital y psicológico se convirtió en una herramienta para silenciar a las mujeres cubanas.
Según denunció Amnistía, "este patrón de violencia no es incidental ni aislado: es estructural y sostenido. Además, las mujeres negras , madres solteras y con orientación sexual diversa enfrentan formas agravadas de violencia, lo que exige una respuesta interseccional urgente".
Y advirtió que "esto ocurre en un entorno de restricciones al ejercicio y defensa de los derechos humanos y donde la subordinación del sistema judicial al poder político, la falta de mecanismos de denuncia y reparación, y la inexistencia de una ley integral contra la violencia de género perpetúan la impunidad.
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