Darwin sentía que con su teoría de la evolución confesaba "un asesinato"
Lo revelan una serie de cartas que el investigador le envió a su amigo Joseph Hooker en la que hablaba de su libro "Origen de las Especies" de 1859.
Fue con Hooker con quien Darwin expuso por primera vez su revolucionaria teoría sobre el origen de las especies, que contradecía directamente a la religión, una atrevida afirmación que sólo compartió con su amigo en prueba de la confianza que le profesaba.
"Cuando llegaron los últimos rayos de luz estaba casi convencido (contrariamente a la opinión con la que comencé) de que las especies (es como confesar un asesinato) no son inmutables", escribió el investigador con esos paréntesis desde la reclusión en la que vivió durante sus años de estudio.
Hooker, por su parte, respondía con preguntas que iniciaron un intenso debate entre ambos, aunque apoyó a su amigo firmemente ante las críticas que recibió en el debate religioso posterior a la publicación del "Origen de las Especies" en 1859.
Ambos se conocieron en su juventud, mientras viajaban como investigadores botánicos, Darwin en las islas ecuatorianas de Galápagos y Hooker en la Antártida, y aunque pronto sus carreras se separaron continuaron viéndose ocasionalmente y manteniendo el contacto por carta.
En las misivas revelaron su tristeza por las pérdidas familiares; Darwin describió a Hooker la muerte de su nuera Amy al dar a luz y la preocupación por su hijo, que tras quedar viudo se marchó a Gales.
"Nunca he visto a nadie sufrir tanto como el pobre Frank. Se ha ido al norte de Gales a enterrar el cuerpo en una pequeña iglesia entre las montañas... Me gusta escuchar que está decidido a esforzarse y trabajar en todos los aspectos, pero no sé durante cuánto tiempo será capaz de mantener esta voluntad", explicó Darwin.
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