Contraofensiva de Donald Trump por el caso Epstein: pidió que se investigue a Clinton y al J.P. Morgan, entre otros

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El presidente de los Estados Unidos rompió las reglas del decoro institucional elevando un pedido directo al fiscal del caso, violando la independencia de poderes.

En los últimos días se reveló un nuevo aluvión de mails de Jeffrey Epstein, el magnate que se suicidó en prisión tras ser condenado por tráfico sexual de menores de edad, en los que se vinculó al presidente de Estados Unidos Donald Trump. Es por eso que el mandatario norteamericano, intentando correr el foco de su persona, pidió que también se investigue al expresidente Bill Clinton, al exrector de la Universidad de Harvard, Larry Summers, al fundador de la plataforma Linkedin, Reid Hoffman, y al banco J.P. Morgan.

Trump justificó esa orden −que rompe las reglas del decoro institucional estadounidense dado que a la figura de la fiscal general se le supone independencia de la Casa Blanca− alegando que los demócratas han resucitado el caso Epstein −“el bulo Epstein“, según el presidente− para ”tapar el desastroso CIERRE DE LA ADMINISTRACIÓN y otros fallos”.

La maniobra parece más bien perseguir un fin diferente: tratar de desviar hacia otro lado la atención del escándalo por su negativa a difundir los archivos que obran en poder de Bondi sobre el caso del pederasta.

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“Le pediré a la fiscal general Pam Bondi y al Departamento de Justicia, junto con nuestros grandes patriotas del FBI, que investiguen la participación y la relación de Jeffrey Epstein con Bill Clinton, Larry Summers, Reid Hoffman, JP Morgan, Chase y muchas otras personas e instituciones”, dijo Trump en su red Truth Social.

“Los registros demuestran que estos hombres, y muchos otros, pasaron gran parte de su vida con Epstein y en su isla”, remarcó el jefe de Estado en referencia a las fiestas sexuales que daba Epstein en su mansión.

Qué revelan ahora los mails internos de Jeffrey Epstein sobre Donald Trump

Los intercambios electrónicos atribuidos a Jeffrey Epstein que vieron la luz este miércoles volvieron a colocar en tensión a la Casa Blanca y reabrieron un expediente incómodo para Donald Trump. El paquete de mensajes, difundido por integrantes demócratas del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, reinstaló en la agenda el entramado de explotación sexual que manejaba el fallecido empresario y que ya salpicaba a distintos nombres del poder económico y político de Estados Unidos.

La divulgación opacó incluso lo que debía ser un día celebrado por el Gobierno, luego de que consiguiera destrabar el prolongado parate administrativo que se extendió durante 43 jornadas.

Entre los correos difundidos figura uno fechado en 2019, en el que Epstein le transmite al periodista Michael Wolff que Trump tenía pleno conocimiento de cómo él reclutaba mujeres para sus fiestas, incluidas menores de edad. “Por supuesto que sabía sobre las chicas, ya que le pidió a Ghislaine que dejara de hacerlo”, escribió sin rodeos.

La referencia apuntaba a Ghislaine Maxwell, su aliada y pareja de aquel momento, responsable de acercar a las víctimas. Hoy cumple una condena de 20 años por tráfico sexual y, según prensa estadounidense, pretende solicitarle al exmandatario una conmutación de pena.

En otra comunicación, esta vez de 2011, Epstein dejó asentado que Trump había “pasado horas” en su vivienda junto a una joven víctima de trata. “Quiero que te des cuenta de que el perro que no ha ladrado es Trump. (Nombre tachado) pasó horas en mi casa con él y nunca ha sido mencionado. Jefe de Policía, etc. Estoy casi convencido”, expresó en ese mensaje.

Aunque los demócratas suprimieron la identidad de la víctima al publicarlo, desde la bancada republicana del Comité aseguraron que se trataba de Virginia Giuffre, quien acusó durante años a Epstein de organizar encuentros sexuales. La mujer, fallecida a comienzos de este año, remarcó reiteradas veces que Trump no figuraba entre los hombres que la habían agredido.

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