Estados Unidos cerró su gobierno por primera vez desde 2018
La actividad administrativa que no es de emergencia quedó paralizada, por la medida hay trámites en el limbo y millones de personas sin trabajo.
Por primera vez en siete años, el gobierno de Estados Unidos cerró esta madrugada -lo que se conoce como shutdown-, luego de que los demócratas y republicanos no alcanzaran un acuerdo para extender la financiación a las agencias federales, lo que generará severas complicaciones para millones de norteamericano.
Con el cese quedan suspendidas las actividades consideradas “no esenciales” de las agencias federales, incluidas oficinas dedicadas a la investigación científica.
Estados Unidos llega a este escenario de incertidumbre, después de que venciera-en la media noche del martes a este miércoles 1 de octubre-el plazo para que el presidente Donald Trump y el Congreso alcanzaran un acuerdo de financiación, imposibilitado ante las profundas divisiones partidistas.
El desacuerdo se centró en el rechazo de los republicanos a la exigencia de los demócratas sobre extender los beneficios de salud para millones de estadounidenses, que vencen a finales de año. Este ha sido el condicionante para modificar y avalar el proyecto de ley de gastos, de aprobación obligatoria, mientras los conservadores insisten en que el asunto de sanidad debe abordarse por separado.
Si bien los enfrentamientos presupuestarios se han convertido en algo habitual en Washington a medida que la política nacional se ha vuelto cada vez más disfuncional, las disputas suelen resolverse a último minuto.
Pero ese no es el caso ahora: se trata del primer cierre gubernamental en siete años y el decimoquinto desde 1981. El Gobierno cerró por última vez durante 35 días en 2018 y 2019, durante el primer mandato de Trump, entonces debido a una disputa sobre inmigración.
Este historial notable subraya la polarización en torno a las prioridades presupuestarias y un clima político que favorece las posturas de línea dura en lugar de los compromisos más tradicionales.
Está previsto que los programas de atención médica Medicare y Medicaid continúen, aunque la escasez de personal podría ocasionar retrasos en algunos servicios, advirtieron funcionarios del Congreso. “No queremos que se cierre” el gobierno, había dicho Trump en la Casa Blanca antes de la fecha límite de la medianoche de Washington.
Entretanto, se espera que la agenda de deportaciones del mandatario avance a toda marcha, mientras que la educación, el medio ambiente y otros servicios se tambalean. Asimismo, los expertos señalan que las consecuencias económicas podrían extenderse a todo el país.
El director de la Oficina Administración y Presupuesto de la Casa Blanca, Russell Vought, ordenó a las agencias que consideraran despidos masivos en lugar de implementar licencias temporales. Además, las instrucciones a las agencias de su oficina incluyen revisar las subvenciones federales.
Como consecuencia del shutdown, muchas oficinas federales cerrarán, posiblemente de forma permanente, ya que Trump prometió “hacer cosas irreversibles” como represalia. El presidente ha advertido que su administración podría centrarse en programas importantes para los demócratas, “recortando cosas que les gustan, recortando programas que les gustan”.
“Se arriesgan con el cierre”, dijo Trump en el Salón Oval, en referencia a los demócratas. “Debido al cierre, podemos tomar medidas en el ámbito médico y de otras maneras, incluyendo las prestaciones sociales.Podemos recortar a un gran número de personas. No queremos hacer eso, pero no queremos fraude, despilfarro ni abuso”, advirtió.
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