Medetomidina, la droga veterinaria que agrava la crisis de opioides en Estados Unidos
La combinación de un sedante para animales con fentanilo encendió las alarmas sanitarias por su alto poder adictivo y sus graves efectos.
Estados Unidos enfrenta una nueva y preocupante amenaza en materia de salud pública: la expansión de la medetomidina en el mercado ilegal de drogas. Se trata de una sustancia utilizada originalmente como sedante veterinario que, al ser mezclada con fentanilo y otras drogas, está generando un impacto devastador en distintas ciudades del país. Especialistas y autoridades sanitarias advierten que sus efectos son más difíciles de revertir y que representa un desafío inédito para los equipos médicos de emergencia.
La medetomidina está aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) exclusivamente para uso veterinario, debido a sus propiedades sedantes, analgésicas y ansiolíticas. Sin embargo, su combinación con opioides potentes como el fentanilo y, en algunos casos, con xilazina, penetró con fuerza en el circuito ilegal. Los traficantes la utilizan para potenciar los efectos de otras drogas y reducir costos, sin medir las consecuencias para los consumidores.
El consumo de esta sustancia en humanos provoca efectos extremos. Entre los síntomas más frecuentes se registran delirios, alucinaciones, desmayos casi inmediatos y una disminución marcada del ritmo cardíaco, que puede descender a niveles peligrosamente bajos. A esto se suma una fuerte capacidad de generar dependencia, lo que obliga a un consumo reiterado para evitar cuadros de abstinencia severos. Por este motivo, en la calle ya es conocida como “la droga de la abstinencia”.
Uno de los aspectos más alarmantes es que la naloxona, el medicamento que se utiliza de manera habitual para revertir sobredosis de opioides, no resulta eficaz frente a la medetomidina. Esta limitación complica de manera crítica las maniobras de reanimación y obliga a los equipos médicos a improvisar respuestas ante un cuadro para el que no existen protocolos consolidados.
Las consecuencias de la Medetomidina en Estados Unidos
Las autoridades sanitarias advirtieron que el mayor peligro no reside únicamente en la sobredosis, sino en los procesos de abstinencia. Durante esos episodios, la frecuencia cardíaca y la presión arterial pueden elevarse de forma extrema, con riesgo de provocar daños cerebrales irreversibles e incluso la muerte. En muchos casos, los pacientes requieren internaciones prolongadas en unidades de terapia intensiva.
El impacto ya es visible en varias ciudades. En Filadelfia, por ejemplo, los ingresos a salas de emergencia vinculados al consumo de esta sustancia pasaron de 2.787 en todo 2023 a 7.252 solo en los primeros nueve meses de 2025. También se detectó su presencia en estados como Florida, Missouri, Colorado y Ohio, lo que evidencia una expansión rápida y preocupante.
La medetomidina se produce principalmente en China y puede adquirirse a bajo costo a través de plataformas en línea, lo que facilita su distribución. Ante este escenario, especialistas y organismos de seguridad reclaman reforzar los controles internacionales y adaptar los protocolos médicos para enfrentar una sustancia que profundiza aún más la crisis de opioides que desde hace años golpea a Estados Unidos.
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