Trump y Putin abren en Alaska una cumbre clave para buscar la paz en Ucrania
En un encuentro cargado de expectativas, los líderes de Estados Unidos y Rusia iniciaron conversaciones con el objetivo de avanzar hacia un alto el fuego.
Donald Trump y Vladimir Putin ya se encuentran en Anchorage, Alaska, protagonizando una reunión que podría marcar un giro decisivo en el conflicto de Ucrania. La cumbre, celebrada en la base aérea de Elmendorf-Richardson, comenzó este viernes bajo el lema “Persiguiendo la Paz”, en un escenario diseñado para enviar un mensaje claro de intención negociadora.
Pese a las especulaciones de que el encuentro sería estrictamente privado, ambos mandatarios están acompañados por delegaciones de alto nivel. Por parte de Estados Unidos, Trump se presenta junto al secretario de Estado, Marco Rubio, y su enviado especial, Steve Witkoff.
En representación de Rusia, Putin cuenta con el respaldo del ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, y de su asesor en política internacional, Yuri Ushakov. La presencia de estos funcionarios revela que las conversaciones abarcarán múltiples frentes, desde lo militar hasta lo económico.
El tema central es la posibilidad de acordar un alto el fuego que ponga fin a más de tres años de guerra. Según trascendió, Moscú buscará concesiones territoriales en el este de Ucrania como parte del eventual pacto, mientras que Washington insistirá en condiciones que garanticen la estabilidad y seguridad en la región.
Además, Trump pretende abrir la puerta a un diálogo sobre cooperación comercial y defensa, en un contexto en el que la economía rusa enfrenta una presión creciente por las sanciones internacionales y el costo del conflicto.
La expectativa internacional es elevada. Si bien no se esperan anuncios inmediatos, analistas creen que este primer cara a cara entre ambos líderes en suelo estadounidense podría sentar las bases para un proceso de negociación más amplio. Tanto aliados como críticos observan con atención cada gesto y declaración, conscientes de que cualquier avance o desacuerdo podría redefinir el mapa geopolítico global.
En este contexto, Anchorage se ha convertido por unas horas en el centro de la diplomacia mundial, con la esperanza de que de estas conversaciones surja una hoja de ruta hacia la paz que, hasta ahora, parecía lejana.
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