Un obispo condena a homosexuales pero justifica a abusadores

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Un obispo de la isla de Canarias, en España, afirmó que la "homosexualidad perjudica a las personas y a la sociedad" y al mismo tiempo se mostró comprensivo con el abuso sexual. Pese a sus dichos, Bernardo Alvarez Afonso, aseguró que su “pensamiento es el de la Iglesia: respeto máximo a la personas”.

El obispo dio una entrevista al diario La Opinión de Tenerife, que fue publicada hoy en su página web. “Lógicamente, creo que el fenómeno de la homosexualidad es algo que perjudica a las personas y a la sociedad. A la larga pagaremos las consecuencias como las han pagado otras civilizaciones", afirmó.

En otro tramo de la entrevista, diferenció la homosexualidad "como necesidad existencial de una persona" de "la que es practicada como vicio".  Y explicó que "la persona practica como puede practicar el abuso de menores. Lo hace porque le atrae la novedad, una forma de sexualidad distinta", argumentó.

Al hacer referencia al abuso de menores, puntualizó: "Puede haber menores que sí lo consientan y, de hecho, los hay. Hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo. Incluso si te descuidas te provocan. Esto de la sexualidad es algo más complejo de lo que parece".

Consultado sobre si hay que orientar la sexualidad, Alvarez Afonso afirmó que "no se puede dejar a las personas libradas a lo que salga", y agregó que "sólo un 6% de los homosexuales se deben a cuestiones biológicas".

"Yo no digo que se reprima, pero entre no reprimirlo y promoverlo hay un margen. Creo que hay que promover la educación. Los valores de la feminidad y la masculinidad debemos inculcarlos en los niños. Puede que nos digan que estos valores son retrógrados, pero nosotros pensamos que estos valores respetan la libertad pero al mismo tiempo orientan a las personas", agregó.

Aquí, parte de la entrevista realizada por la periodista española Laura Docampo:

_Usted sabe que en Canarias hay un colectivo homosexual muy numeroso?
_¿Tan grande es?

_¿Qué opina de la homosexualidad?
_Yo creo que lo primero que hay que hacer es distinguir a las personas del fenómeno. Las personas son siempre dignas del mayor respeto. Si una persona, por una razón fisiológica elige esta forma de vida me merece mi máximo respeto. Otra cuestión es que la homosexualidad sea o no una virtud. Hay que tener mucho cuidado hoy en día porque no se puede decir que la homosexualidad se sufre o se padece. No es políticamente correcto decir que es una enfermedad, una carencia, una deformación de la naturaleza propia del ser humano. Eso que decía cualquier diccionario de Psiquiatría diez años atrás, hoy no se puede decir. Está clarísimo que, en este sentido, mi pensamiento es el de la Iglesia: respeto máximo a la personas. Pero, lógicamente, creo que el fenómeno de la homosexualidad es algo que perjudica a las personas y a la sociedad. A la larga pagaremos las consecuencias como las han pagado otras civilizaciones. Yo no digo que se reprima, pero entre no reprimirlo y promoverlo hay un margen. Creo que hay que promover la educación. Los valores de la feminidad y la masculinidad debemos inculcarlos en los niños. Puede que nos digan que estos valores son retrógrados, pero nosotros pensamos que estos valores respetan la libertad pero al mismo tiempo orientan a las personas.

_¿Hay que orientar la sexualidad?
_No se puede dejar a las personas libradas a lo que salga, ¿por qué no hacemos lo mismo con la violencia o con otros impulsos que tiene el ser humano? Además, sólo un 6% de los homosexuales se deben a cuestiones biológicas. No hay que confundir la homosexualidad como necesidad existencial de una persona, con la que es practicada como vicio. La persona practica como puede practicar el abuso de menores. Lo hace porque le atrae la novedad, una forma de sexualidad distinta.

_La diferencia entre una relación homosexual y un abuso está clara.
_Por supuesto. Pero, ¿por qué el abusador de menores es enfermo?

_Para empezar, un abuso es una relación no consentida.
_Puede haber menores que sí lo consientan y, de hecho, los hay. Hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo. Incluso si te descuidas te provocan. Esto de la sexualidad es algo más complejo de lo que parece.

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