Wado de Pedro se emocionó al hablar ante un centenar de niños que también sufren de disfluencia

Política

Emocionado, De Pedro aseguró a los chicos allí que reunidos que "me empecé a superar cuando comencé a aceptarme".

El ministro del Interior, Eduardo Wado de Pedro, se emocionó este miércoles al hablar sobre su tartamudez ante casi un centenar de chicos que sufren como él de disfluencia. Al participar del Congreso de Tartamudez que se realizó en Salta De Pedro alentó a los chicos a no dejar que ese trastorno del habla los limite.

"Me empecé a superar cuando comencé a aceptarme", les dijo emocionado

El congreso tiene por objetivo concientizar y sensibilizar a la sociedad sobre aquella condición en el habla. “Es medio difícil cuando uno es protagonista tener una charla sobre esto, y más cuando somos padres. Me cuesta mucho”, empezó el funcionario.

Wado de Pedro.mp4

No soy un ejemplo de superación porque esto es algo que voy a llevar toda mi vida. Está bueno no plantearse metas que no son posibles. Hay que convivir y aceptarse. Empecé a mejorar cuando empecé a aceptarme. Durante todo el tiempo que quise superarme y dejar de tartamudear, quizás reforcé la disfluencia”, dijo en la videoconferencia.

Además, durante sus 15 minutos de discurso, recordó los momentos más difíciles que vivió: “Sufrí la discriminación y pasé por muchas situaciones. A muchos nos pasó que nos enfermamos el día anterior de dar una lección de lectura. '¿Cómo pedir un helado? ¿cómo tomarnos un colectivo?' Morirte de ganas de pedir una comida y quedarte con las ganas por elegir siempre lo único que te salía decir. Toda la vida tomé dos gustos de helado porque pensaba que eran los únicos que me salían".

Y respecto a la causa de su tartamudez, Wado planteó que “en mi caso serán cuestiones genéticas, sociales, traumáticas, pero cada chico tiene su motivo para mantenerlo”.

En esa misma línea, aconsejó a los niños allí presentes: “Quiero transmitirles primero la aceptación. Somos como somos. Yo tartamudeo. Me trabo, pero voy a pedir y comer lo que quiero. El mozo tiene que esperar, el heladero tiene que esperar. La tartamudez no nos define. Somos personas que hacen muchas más cosas que esto. El silencio, el que te miren como algo raro, sentirte diferente, no ayuda”.

“Hasta ahí me enojaba mucho. Hice un clic, empecé a hacer algunas bromas yo mismo sobre mi tartamudez. Hoy puedo decirles que hay que romper con el silencio y la soledad, aceptarse y que las familias lo hablen”, agregó.

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