Por qué quemar un muñeco de trapo en Año Nuevo

Sociedad

Es una de las tradiciones típicas de Latinoamérica y en Argentina se convirtió en una costumbre muy especial. ¿Cuál es su significado?

La quema de un muñeco de trapo en Año Nuevo data como una tradición ancestral y tiene su origen en las raíces cristianas, mayas y garífunas.

Según la costumbre, el muñeco o monigote “de trapo” debe estar hecho de ropa vieja y diarios y, al momento de quemarlo, debe ser reducido a cenizas en su totalidad.

La quema del muñeco de trapo en Año Nuevo es un ritual que tiene como fin quemar todo lo malo del año saliente, alejar la mala suerte o las energías negativas del periodo que se termina, para comenzar la transición hacia un nuevo año.

Quema de muñecos en La Plata

Particularmente tres ciudades son reconocidas por llevar a cabo esta tradición. En La Plata, Berisso y Ensenada se comenzó a realizar con mayor popularidad a partir de la década del ’50.

Según la historia, la quema de muñecos se convirtió en una tradición en 1956, en la puerta de un almacén ubicado en las calles 10 y 40 de La Plata en homenaje al club de fútbol Cambaceres.

La costumbre fue pasándose de boca en boca por la capital de Buenos Aires y los vecinos aprovechaban para reunirse y confeccionar juntos el muñeco que luego sería quemado. Se realizaban concursos y la noticia llegaba a los medios.

Con los años la técnica se perfeccionó y se llevó a cabo en la calle 77 entre 13 y 14. En los días previos a Año Nuevo, se recolectaba ropa usada, papel de diario, maderas y pinturas para construir el muñeco, que al principio tenía forma similar a un espantapájaros y luego – gracias a la intervención incluso de estudiantes universitarios de las carreras de diseño – la tradición fue consolidándose y tomando una mejor estructura y calidad.

En el año 2000, la ciudad de La Plata fue declarada "Capital Nacional del Muñeco de Fin de Año".

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