El gran dolor de Norma Aleandro: despidió a su hermana María Vaner

Sociedad

Norma Aleandro y Leonardo Favio despidieron hoy en el Panteón de Actores del Cementerio de la Chacarita, los restos de la actriz María Vaner, fallecida ayer a los 73 años.



La hermana y el ex esposo de la intérprete nacida en España bajo el nombre de María Aleandro Robledo, fueron algunas de las figuras que la acompañaron en el último adiós.



El dolor y el silencio signaron la despedida a Vaner que desde hace años venía batiéndose frente a una cruel enfermedad.


 


La intérprete de larga y lucida trayectoria, había comenzado su carrera cinematográfica hace exactamente medio siglo con "El secuestrador", de Leopoldo Torre Nilsson, protagonizada por Leonardo Favio, que a la larga iba a ser su marido.



La trayectoria de la actriz abarca unos 50 títulos aquí y en España, y se redondea con "Cara de queso (mi primer ghetto)" (2006), de Ariel Winograd, y "La mujer sin cabeza", de Lucrecia Martel, aún no estrenada.



A principios de los 60 era uno de los rostros más sugestivos de la pantalla nacional y sus profundos ojos negros encandilaron a varios directores: David José Kohon en "Tres veces Ana" (1961) y "Prisioneros de una noche" (1962) y Rodolfo Khun en "Los jóvenes viejos" (1962) fueron algunos.



Otros que cayeron bajo sus encantos fueron René Mugica ("El octavo infierno", 1964) y Fernando Ayala ("Primero yo", 1964); un año antes, ella y Lautaro Murúa habían prestado sus voces para "Un largo silencio", cortometraje del jovencísimo Eliseo Subiela.



Sin embargo, la carrera de la actriz dio un vuelco cuando se vinculó sentimentalmente a Favio, con quien rodó "Crónica de un niño solo" (1965) y protagonizó "El romance del Aniceto y la Francisca..." en 1967.



La pareja tomó estado público, tuvo dos hijos y como Favio además cantaba, ella no se quedó atrás y a principios de los 70 lanzó un LP que contenía tangos clásicos -"Cambalache", "A media luz"- y un tema, "El que me hizo debutar", versión beat del tango "Guapo sin grupo", de Salvador Merico y Manuel Romero.



La separación con Favio significó otro vuelco en su carrera, a lo que se sumó una amenaza de muerte de la Triple A que la obligó a volver en 1974 a España, donde ya estaban por el mismo motivo Héctor Alterio, Luis Politti y Marilina Ross, entre otros argentinos.



Regresó al país en 1983 y al año siguiente protagonizó "Heroica de Buenos Aires", de Osvaldo Dragún, en el teatro Del Globo, además de ofrecer clases de actuación, canto y danza, cosas que ya hacía y le permitieron sobrevivir en la madre patria.


 


El cine volvió a convocarla para "En retirada", de Juan Carlos Desanzo y "Darse cuenta", de Alejandro Doria, ambas de 1984, en una lista que incluye "Adiós, Roberto" (1985), de Enrique Dawi, "Los insomnes" (1986), de Carlos Orgambide, y "Sentimientos: Mirta, de Liniers a Estambul" (1987), de Jorge Coscia y Guillermo Saura.



Asimismo tuvo algunas intervenciones en TV -"Valeria", "Alas, poder y pasión"-, planeó guiones que no llegaron a filmarse, estuvo en pareja con el legislador socialista Alexis Latendorff y se reconcilió con su hermana Norma Aleandro, de quien estuvo alejada durante años.

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