La reveladora imagen que complica a uno de los acusados por el triple femicidio de Florencio Varela
Las imágenes de Víctor Sotacuro Lázaro en Bolivia muestran lesiones en sus manos que podrían reforzar la hipótesis de un forcejeo con las víctimas. Mirá.
De izq. a dcha.: Lara Gutiérrez, Brenda del Castillo y Morena Verdi
Las investigaciones por el triple femicidio de Morena Verdi, Brenda del Castillo y Lara Gutiérrez, ocurrido en Florencio Varela, continúan sumando elementos que podrían ser determinantes para la causa.
En las últimas horas, se difundieron imágenes de Víctor Sotacuro Lázaro, uno de los principales acusados, que captaron la atención pública por las visibles lesiones en sus manos al momento de ser detenido en Bolivia. Las marcas generaron nuevas hipótesis sobre lo que ocurrió la madrugada del 20 de septiembre y se convirtieron en un eje central de análisis para los investigadores.
Sotacuro fue capturado en un hostal de Villazón, ciudad fronteriza entre Argentina y Bolivia, y las imágenes muestran lastimaduras en ambas manos, especialmente en la derecha, que resultaron llamativas para los peritos.
Según la interpretación preliminar de los investigadores, estas lesiones podrían no ser accidentales: podrían ser consecuencia de un forcejeo con las víctimas, quienes fueron torturadas y luego asesinadas en la vivienda identificada como “la casa del horror”. El hallazgo de estas marcas coincide con la línea de investigación que considera que las jóvenes intentaron defenderse durante el ataque.
Las fotografías tomadas al momento de la detención permiten observar con claridad la magnitud de las heridas: cortes, hinchazón y moretones que despertaron la atención de los expertos. El ministro de Seguridad provincial, Javier Alonso, afirmó públicamente que la herida en la mano derecha tenía características similares a una mordedura, reforzando la hipótesis de que alguna de las jóvenes podría haber intentado defenderse con uñas o dientes.
No obstante, fuentes judiciales consultadas por Infobae aclararon que, tras un primer análisis superficial, no se puede confirmar que se trate de impresiones dentales, por lo que será necesario esperar las pericias más profundas para obtener certezas.
En paralelo, se enviaron muestras bajo las uñas de Sotacuro a laboratorios especializados para cotejar el ADN con el de las víctimas. Los investigadores plantean que, en medio del ataque, las adolescentes pudieron haber intentado rasguñar a los agresores en un último acto de resistencia. Los estudios fueron solicitados por el fiscal de La Quiaca, Alberto Mendevil, y los resultados serán remitidos al fiscal Adrián Arribas, a cargo del expediente en La Matanza, donde se concentran los elementos probatorios del caso.
Otro dato relevante surgió de la inspección física realizada al acusado: se observaron marcas de irritación en la nuca, que no estarían vinculadas a un enfrentamiento.
Los peritos indicaron que podrían ser el resultado de un corte de pelo improvisado y torpe, posiblemente realizado con el objetivo de modificar su apariencia y dificultar su localización durante la fuga. Este detalle coincide con los testimonios de varios testigos que señalaron que los acusados intentaron pasar desapercibidos mientras huían, ajustando su aspecto físico y utilizando maniobras de camuflaje para evadir la justicia.
Con la difusión de estas imágenes y la confirmación de las lesiones, el caso se profundiza y suma elementos que podrían ser clave para reconstruir los hechos de la madrugada del 20 de septiembre. Las autoridades mantienen la cautela, pero reconocen que cada detalle, desde los cortes en las manos hasta las marcas en la nuca, aporta pistas para comprender la mecánica del ataque y el comportamiento de los acusados durante la fuga.
Temas
Te puede interesar
Dejá tu comentario