Tiene 88 años e hizo dos horas de fila por la vacuna

Sociedad

Emilia perdió al marido por el coronavirus e hizo más dos horas de fila bajo el sol para vacunarse. "No tenemos por qué pasar todo esto, es una vergüenza", dijo.

Fue un día caótico y decepcionante para todos aquellos adultos mayores que se acercaron a los puestos de vacunación designados por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para recibir su vacuna contra el coronavirus a un año de la llegada de la pandemia al país.

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El testimonio de una jubilada mientras hacía una extensa fila de más de dos horas en Boedo dio cuenta de la situación que padecieron miles de personas que habían sacado su turno y se acercaron a recibir la vacuna.

No tenemos por qué pasar todo esto, es una vergüenza, (Larreta) No tiene la mas mínima idea de lo que se está pasando acá”, expresó Emilia Arena, de 88 años, quien quedó viuda durante la pandemia luego de que su marido muriera por coronavirus.

“¿Qué les va a importar? Somos viejos... Es terrible, hay tres cuadras de fila. Mi pobre hija está abajo del sol hace una hora”, relató en diálogo con C5N mientras esperaba aguantando el calor de pleno mediodía.

“Me acerqué ahora porque estuve en la sombra, pero no puede ser esto para los viejos, es una vergüenza lo que estamos pasando. Larreta que se vaya a la misma miércoles (sic)”, lanzó con claro enojo, en tanto diferenció al Jefe de Gobierno porteño de Alberto Fernández: “Agradezco al Presidente por la medida que ha tomado, pero nada más que a él”.

Emilia contó que fue gracias a su hija Nora que pudo conseguir un turno para vacunarse: “Estoy acá gracias a ella que me trajo”, expresó sin dejar de repetir que el escenario, que también se repitió en el Luna Park, era “una vergüenza”: “Las cosas acá están muy mal hechas”.

En ese sentido, informó que no se les dio ningún tipo de cuidado pese a las altas temperaturas: “¿Qué agua? Nadie nos acercó nada, pesqué una silla porque la dejaron vacía. No sé cuándo me van a atender, llegamos con el tiempo suficiente, quince minutos antes, y estamos acá esperando, así que no sé lo que va a pasar. Tuvimos que tomarnos un remis para poder llegar”.

Estuve un año cuidándome, encerrada en mi casa, quedé viuda por esta pandemia que se llevó a mi marido y me vine de mi hija y acá estamos”, se lamentó la señora.

Y finalizó, sin dejar de agradecer a los medios que cubrían el desmadre de la poca organización de los vacunatorios: “Tengo la expectativa de no enfermarme, me estoy cuidando muchísimo, soy hipertensa, sufro del corazón y estoy acá. Estuve bastante tiempo parada. ¡Y lo que nos falta todavía! Tenemos para rato”.