Los duros inicios de Rincón: "Para comer revolvía los tachos"

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La morocha contó que sus comienzos fueron por demás difíciles. Pero una revelación mediática la ayudó a encontrar el camino al éxito.

La vedette Andrea Rincón se presentó frente a las cámaras de El Trece como la futura ganadora de la edición 2012 de "Bailando por un sueño". Y lo dijo sin dudas ni miramientos, porque si hay algo que le sobra es una confianza adquirida después de años de luchar contra las circunstancias más difíciles.

Por ejemplo, Rincón se enfrentó al abandono de su madre, que un día desapareció del hogar familiar y dejó a su marido y sus ocho hijos. "Cuando nos quedamos solos con mi viejo empezamos a tener una relación malísima con él", subrayó la vedette, y entonces empezaron otros problemas.

"Los dos somos muy orgullosos. Un día nos peleamos y ninguno de los dos quería dar el brazo a torcer. Conclusión: me fui de casa. Es más: hoy vivo a una cuadra de la plaza donde dormía", contó la morocha a la revista Gente.

"A veces pienso que mi viejo me dejaba morir en la calle. Yo pasé hambre. Me bañaba en una estación de servicio para ir a la escuela", recordó Rincón, de 27 años. "En una de las tantas peleas que tuve con mi viejo me fui a vivir a una pensión. La pasaba como el culo. No tenía guita: para comer revolvía los tachos de McDonald’s", relató.

Pero entonces, Rincón tuvo una revelación gracias a la por entonces virginal Wanda Nara. "Un día la veo en la tele, que llega a una fábrica a hacer un striptease para los empleados. Los negros gritaban... estaban como locos. Y yo pensaba: ‘¡Qué patética que es esta mina!’", recordó la vedette.

"Pero cuando sale de la fábrica sube a un Mini Cooper y dice: ‘Ahora les voy a mostrar mi casa’. Y muestra un tremendo piso", reveló Rincón. "Me di cuenta de que tan tonta no era...", explicó la morocha.

¿Conclusión? "Me fui a la pensión, me puse en pelotas y me miré al espejo: ‘Yo soy más linda y más inteligente que esa mina’, pero yo tenía una bicicleta playera y vivía en una pensión, mientras que ella andaba en un Mini Cooper", resumió.

Así, Rincón se dio fuerzas para invertir en lo más importante: ella y su figura. "Algunos se ponen un negocio, en cambio yo me pongo un c... Ese va a ser mi kiosquito. ¡Y me voy a llenar de plata!", pensó en su momento la morocha. Pero su padre le dio la idea de ingresar a la casa de Gran Hermano antes que al quirófano y sus amigas la convencieron de hacerlo.

"El día en que tenés un techo después de haber vivido en la calle, te das cuenta de que es lo más importante que te puede pasar".

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