¿De qué jugador se trata? Fue campeón en Uruguay, una figura destacada en River en los 80s
Sinónimo de éxito, este exjugador se consagró campeón de la Libertadores y la Copa América, entre otros títulos. Los detalles en la nota.
Campeón en Uruguay y Argentina, este exjugador marcó un antes y después en el fútbol sudamericano.
Alfonso Domínguez fue uno de los grandes defensores que emergió del fútbol sudamericano. Figura destacada en Peñarol y también pieza clave en River Plate, se ganó un lugar en la historia de Uruguay tras consagrase campeón de la Copa América de 1987.
Pero ese título se sumó a su extensa vitrina compuesta por innumerables torneos locales y la preciada Copa Libertadores conquistada con el "Manya". Hoy, alejado del verde césped, disfruta de la tranquilidad de su Durazno natal, donde vive una vida serena cerca de su familia.
Alfonso Domínguez y su paso por el fútbol
La trayectoria de Domínguez comenzó en Peñarol, donde se destacó por su firmeza y carácter intenso que lo convirtieron en líder del vestuario con apenas un puñado de partidos. En el "Manya" vivió uno de sus mejores momentos, ya que se consagró campeón de los campeonatos uruguayos de 1985 y 1986, aunque su mejor momento llegó en 1987, cuando levanto la quinta Libertadores del club.
Ese mismo año, su gran desempeño le abrió las puertas de la Selección uruguaya con la que disputó la Copa América, campeonato que se adjudicaría con total autoridad y lo consolidaría como uno de los defensores más importantes y sólidos de Sudamérica.
A comienzos de los años noventa, decidió continuar su carrera en el exterior y se trasladó a Argentina para jugar en River. Aunque su paso por el "Millonario" fue breve, consiguió un campeonato local y se ganó el cariño de los hinchas por su compromiso dentro del campo de juego.
En la recta final de su exitosa carrera, regresó a Uruguay para defender los colores de Nacional y cerró su recorrido en Huracán Buceo, dejando atrás una carrera marcada por el éxito y las grandes conquistas.
Su vida después del retiro
Después de colgar los botines, “La Gaucha” cambió por completo su ritmo de vida y regresó a Durazno, su ciudad de origen, en busca de calma luego de años turbulentos e intensos. Allí logró su cometido y encontró serenidad cerca de sus seres queridos.
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