El número oculto de Miguel Borja: qué significa el "63" que llamó la atención de todo River
El delantero colombiano volvió a ser protagonista, pero no solo por su actuación ante Sarmiento: un detalle en su mano izquierda.
Miguel Ángel Borja volvió a ser el centro de todas las miradas en la noche del estadio Monumental en la derrota inesperada ante Sarmiento de Junín por la Zona B del Torneo Clausura 2025. No fue por un gol -aunque lo tuvo y se lo anularon- sino por un número que llevaba escrito en la palma de su mano izquierda: el “63”.
La imagen recorrió las redes sociales y generó decenas de teorías entre los fanáticos de River, justo en una jornada en la que el equipo de Marcelo Gallardo sufrió otra derrota dolorosa. El colombiano ingresó en el inicio del segundo tiempo en lugar de Facundo Colidio y repitió su ritual habitual: arrodillado, con los brazos extendidos y la mirada al cielo, oró antes de pisar el campo.
Fue entonces cuando las cámaras captaron el misterioso número. Algunos creyeron que se trataba de un mensaje personal, otros pensaron en una dedicatoria o en un versículo bíblico. Sin embargo, la explicación parece mucho más simple: Borja lleva 62 goles con la camiseta del Millonario desde su llegada en 2022, y el “63” habría sido su forma de motivarse para alcanzar la siguiente marca.
El gol anulado a Miguel Borja y un festejo que no fue
El destino, sin embargo, le jugó una mala pasada. En el tiempo de descuento, el delantero logró empujar un centro bajo del juvenil Cristian Jaime, y la pelota terminó dentro del arco. El estadio estalló en festejo, pero segundos después el VAR intervino. Tras varios minutos de revisión, el árbitro Sebastián Zunino anuló el tanto por una posición adelantada milimétrica.
Así, el gol que lo hubiera convertido en el máximo artillero colombiano de la historia del club quedó en suspenso. Más allá del resultado -la quinta derrota del club de Núñez en los últimos seis encuentros-, el gesto del goleador cafetero mostró una faceta íntima del delantero: su costumbre de marcar objetivos personales de manera simbólica. Por ahora, el “63” sigue pendiente, pero parece decidido a transformarlo pronto en una cifra real.
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