Inesperada comparación: Nicolás Pépé dijo que Messi es Gokú y Cristiano es Vegeta
El extremo marfileño desató un huracán en redes al recurrir al universo de Dragon Ball Z para explicar la eterna rivalidad entre los dos gigantes del fútbol mundial
La disputa futbolística que dominó las últimas dos décadas sumó un episodio tan curioso como explosivo. Nicolás Pépé, atacante del Villarreal, fue consultado por la clásica comparación entre Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, y decidió alejarse por completo de los argumentos habituales, recurriendo en cambio a una analogía propia del animé más popular del planeta.
Su reflexión, tan inesperada como categórica, detonó un intenso debate entre fanáticos del fútbol y seguidores de Dragon Ball, convirtiéndose rápidamente en una pieza viral. Durante la entrevista, el delantero sorprendió desde el inicio al explicar su postura apoyándose en una referencia que tomó a todos desprevenidos.
“¿Conoces Dragon Ball Z? ¿Sabes quién es Vegeta? Siempre hablaba así, enfadado. ¿Y quién no hablaba? Gokú”, dijo antes de construir la idea que lo catapultaría a las tendencias. El remate fue tan directo como contundente: “Eso es todo. Messi es Gokú. Cristiano es Vegeta. Siente la frustración de que alguien pequeño esté delante de él siempre. No hay un jugador que pueda mirar a los ojos a Lionel Messi”.
La comparación provocó, de inmediato, un aluvión de reacciones. Algunos celebraron la creatividad del marfileño; otros consideraron que la analogía era exagerada. Pero Pépé no se quedó allí: apuntó sin rodeos a los números del portugués desde su llegada al Al-Nassr. “¿1000 goles? Desde que llegó metió 200 penales, 200. Messi sabe hacer goles, hacer pases, gambetear, hacer jugar al equipo, crear espacios. Messi lo hace; Cristiano, no”, lanzó, dejando clara su preferencia.
La frase circuló con velocidad en redes y generó un cruce cultural inesperado: aficionados del animé discutían con hinchas del fútbol sobre qué tan precisa era la comparación, mientras otros celebraban la originalidad del planteo.
Este episodio dejó en claro que la rivalidad Messi-Cristiano sigue viva, incluso cuando ambos transitan el tramo final de sus carreras. Y también confirmó que, por más que pasen los años, cualquier mirada distinta sobre estos dos gigantes puede reavivar una discusión global que parece no tener fin.
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