Luciana Milessi fue internada junto a su expareja: el calvario que atraviesa
La joven ingresó a la clínica privada acompañada de su expareja, a quien había denunciado anteriormente por violencia de género. Se sospecha que podría haber consumido estupefacientes.
Luciana Milessi, la influencer que se hizo conocida por su ferviente fanatismo hacia el futbolista Julián Álvarez, fue internada este sábado en el Sanatorio Chaco por una presunta intoxicación. Ingresó acompañada por su expareja, Nathan Bercovich, quien fue dado de alta por voluntad propia poco después, mientras que Milessi permanece en observación, aunque se encuentra fuera de peligro.
El fiscal especializado en género, Jorge Cáceres Olivera, busca obtener detalles sobre qué sustancia habrían consumido y las circunstancias que motivaron el encuentro entre ambos, dado que la Justicia había impuesto una orden de restricción contra Bercovich, prohibiéndole acercarse a Milessi.
En las próximas horas, ambos deberán prestar declaración. Si se confirma que retomaron su relación, se considerará levantar las medidas de restricción, lo cual permitiría reasignar el botón de pánico otorgado a Milessi a otra mujer en situación de riesgo.
Luciana Milessi y la denuncia por violencia de género
En agosto, Milessi había compartido públicamente que fue víctima de violencia de género por parte de Bercovich, con quien mantuvo una relación sentimental. En un conmovedor video en TikTok, la joven de 26 años expresó su temor por su seguridad, afirmando que su expareja "tenía mucho poder" y que incluso había enviado a alguien para agredirla luego de una consulta psicológica.
"Mi nombre es Luciana Milessi, tengo 26 años y soy víctima de violencia de género desde hace cuatro", dijo en su video. "Mi agresor, Nathan Bercovich, hoy va a recuperar su libertad, una libertad condicional bajo palabra", añadió, reflejando su preocupación por la liberación de Bercovich, a quien acusó de amenazas y de distintos tipos de violencia, incluyendo física, verbal y psicológica.
Milessi había solicitado medidas de protección, como un dispositivo dual que impidiera a Bercovich acercarse o tener contacto con ella. También denunció agresiones hacia sus mascotas. Su indignación por la liberación de Bercovich fue evidente: "Va a estar libre en la calle hasta que llegue el día del juicio, pero no me van a callar".
El empresario había permanecido detenido durante nueve días antes de ser liberado el viernes, decisión tomada por la fiscal María Fernanda Abraham.
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