Sigue tenso el clima en la familia Fort: Martita blanqueó su distancia con Thomas
La hija de Ricardo Fort habló sobre el presente del clan, el manejo empresarial y su vínculo cortado con su primo, marcando una diferencia con el resto de sus parientes.
Marta Fort volvió a referirse al complejo escenario que atraviesa la familia Fort en medio de disputas empresariales, desacuerdos internos y un nivel de exposición mediática que la coloca constantemente en el centro de la escena pública. En una entrevista televisiva, la heredera de Ricardo Fort describió un clima lleno de matices: avances, tensiones que persisten y el esfuerzo por mantener cierta armonía en medio de la vorágine que rodea a la empresa y a los vínculos personales.
La joven contó que está intentando recuperar cierta estabilidad dentro de la fábrica familiar, donde durante meses existieron discusiones respecto a su rol. Según explicó, decidió bajar el nivel de confrontación para no agregar presiones a su tío Eduardo ni a otros familiares que, según ella, están pasando por situaciones personales y laborales muy demandantes.
Aunque aclaró que no hay diálogo fluido, reconoció que la relación entró en una etapa más tranquila: prefiere evitar problemas innecesarios, pero mantiene su puerta abierta para volver a involucrarse en la empresa cuando lo considere oportuno. Marta también recordó los reclamos que había hecho públicamente tiempo atrás, cuando expresó que sentía trabas para desarrollarse como empresaria.
Allí explicó que sus dificultades para ser reconocida dentro de la compañía tenían una raíz generacional y que, al ser más joven, debió afrontar el “derecho de piso” que imponen quienes llevan más años dentro de la estructura. Aun así, aseguró comprender el contexto, reconociendo que sus tíos tienen otra formación y otra mirada sobre el manejo del negocio.
Sin embargo, la situación cambia por completo cuando se refiere a su primo Thomas. Allí la heredera fue tajante: “No tengo relación con Thomas”, afirmó sin dudar, dejando en claro que la distancia no es reciente ni superficial. Explicó que el conflicto con él es estrictamente personal y que no puede equipararse con los desacuerdos que pueda tener con otros integrantes de la familia. Incluso señaló que, en su caso, “pasó una línea” que ella no está dispuesta a dejar atrás.
Esa diferencia marca un quiebre evidente: mientras con otros parientes mantiene comunicación ocasional o está abierta a recomponer vínculos, con Thomas la ruptura parece ser definitiva. Y aunque no profundizó en los motivos, sí dejó claro que la herida no está cerrada. En un momento en el que la empresa Fort vive cambios internos, tensiones y decisiones clave, la exposición pública vuelve a mostrar que los conflictos familiares siguen tan presentes como el negocio que comparten.
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