Descubrí Jujuy en 2026: el pueblo caracterizado por paisajes montañosos y selva de yungas ideal para conocer
Se trata de un rincón único donde la montaña se mezcla con la selva de Yungas, formando uno de los paisajes más contrastantes y espectaculares del país.
El pueblo caracterizado por paisajes montañosos y selva de yungas ideal para conocer
Este lugar, ubicado en una zona de alturas extremas y rodeado de cerros imponentes, es una propuesta diferente para quienes buscan aventura, naturaleza y tradiciones ancestrales. Con rutas que serpentean entre nubes, climas cambiantes y vistas que parecen salidas de una postal, este destino se convirtió en uno de los secretos mejor guardados del norte argentino.
A lo largo de los años, esta región fue ganando popularidad gracias a su combinación de patrimonio histórico, gastronomía local y actividades al aire libre. Sus senderos conectan ecosistemas únicos y permiten a los visitantes transitar desde la Quebrada hasta la vegetación exuberante de las Yungas en cuestión de minutos, algo que no ocurre en ningún otro punto del país.
El pueblo también es conocido por mantener vivas tradiciones ancestrales que se perciben en su producción artesanal, su cocina regional y el vínculo profundo que la comunidad mantiene con la tierra. Esa autenticidad convierte cada recorrido en una experiencia cultural tan valiosa como sus paisajes naturales.
Qué se puede hacer en Santa Ana del Valle Grande
Santa Ana del Valle Grande ofrece una de las experiencias más diversas del norte argentino. Su ubicación estratégica, entre la Quebrada de Humahuaca y las Yungas, permite atravesar senderos donde el paisaje cambia de manera sorprendente, pasando de la aridez de altura a una vegetación frondosa y húmeda.
Caminar por sus veredas es una invitación a contemplar panorámicas únicas, con montañas imponentes, nubes bajas y un entorno donde la naturaleza domina cada rincón. Las rutas de trekking —ideales para quienes buscan contacto directo con el entorno— permiten descubrir miradores naturales, quebradas profundas y zonas donde la biodiversidad se hace evidente.
Uno de los grandes atractivos es el Qhapaq Ñan, también conocido como el Camino del Inca, declarado Patrimonio de la Humanidad. En esta zona se conservan vestigios arqueológicos que permiten comprender cómo se desplazaban las antiguas civilizaciones y cómo ese legado aún influye en la vida local. Se trata de un sitio histórico imprescindible para quienes disfrutan del turismo cultural.
La tradición también se vive en la gastronomía y en las artesanías. En Santa Ana es posible encontrar piezas tejidas, trabajos en madera y productos elaborados con técnicas transmitidas de generación en generación. Los viajeros pueden degustar platos típicos que destacan los ingredientes andinos y aprender sobre hierbas medicinales que forman parte de la sabiduría ancestral de la región.
Dónde queda Santa Ana del Valle Grande
Santa Ana del Valle Grande se encuentra en el departamento de Valle Grande, en la provincia de Jujuy. Está ubicado a unos 120 kilómetros de Humahuaca, a más de 3400 metros sobre el nivel del mar, en una zona conocida por sus montañas, sus vistas abiertas y su riqueza cultural.
Esta ubicación privilegiada convierte al pueblo en un punto clave para entender la transición entre diferentes ecosistemas del norte argentino. Su entorno natural intacto y su identidad comunitaria lo transforman en un destino ideal para quienes buscan vivir una experiencia auténtica, lejos de los circuitos turísticos tradicionales.
Cómo llegar a Santa Ana del Valle Grande
Para llegar a Santa Ana del Valle Grande, el viaje comienza generalmente en San Salvador de Jujuy, tomando la Ruta Nacional 34. Este primer tramo permite atravesar zonas de montaña donde el paisaje cambia constantemente, ofreciendo postales que acompañan todo el camino.
Luego se continúa por la Ruta Provincial 83, una de las más espectaculares de la provincia. Este recorrido lleva a los viajeros hasta el Abra del Zenta, un mirador ubicado a 4376 metros de altura, dentro de la Reserva de Biósfera de las Yungas. Desde allí, las vistas panorámicas son realmente impactantes y permiten apreciar la inmensidad del paisaje jujeño.
El viaje total dura poco más de seis horas en auto, dependiendo del clima y del estado del camino. Si bien es un trayecto desafiante por la altitud, la recompensa es un destino único, rodeado de naturaleza, historia y tradiciones que permanecen intactas.
Las Más Leídas







Dejá tu comentario