Haddad, frente al duro desafío de ocupar los zapatos de Lula
Tras la proscripción del ex presidente Lula, Haddad fue el elegido del PT para intentar ganar su quinta presidencial al hilo. Segundo en las encuestas, sus chances crecen de manera sustancial de cara al balotaje.
"Lula es Haddad; Haddad es Lula". El centro de la campaña del candidato presidencial del Partido de los Trabajadores (PT), Fernando Haddad, es uno solo: emparentarlo con el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien era el gran favorito para ganar las elecciones en primera vuelta hasta su proscripción.
Haddad es un político de origen libanés de 55 años y ex alcalde de San Pablo. Es economista y saltó a las primeras planas de la política brasileña en el año 2005 cuando fue nombrado por el propio Lula al frente del Ministerio de Educación, cargo que ocupó también durante parte del gobierno de Dilma Rousseff.
De hecho dejó la cartera de Educación en 2012 para disputar la alcaldía de San Pablo, cargo que obtuvo con el 55,94% de los votos.
Haddad tiene una larga trayectoria en la función pública. Fue jefe de personal de la Secretaría de Desarrollo Económico y de Hacienda del municipio de São Paulo, consultor de la Fundación Instituto de Investigaciones Económicas y uno de los asesores del Ministerio de Planificación, Presupuesto y Gestión.
Este abogado, con maestría en economía, doctor en filosofía y profesor de ciencias políticas enfrenta el desafío de capitalizar el enorme caudal de votos que tiene Lula y convencer a millones de brasileños que es la vía que puede llevar la voz del líder del PT al Palacio de Planalto una vez más.
Sin embargo no cuenta ni con el carisma ni la proyección nacional que caracterizan a Lula, preso desde abril en el marco de un escandaloso proceso judicial por supuestas maniobras de corrupción.
En campaña, Haddad intentó dejar en un segundo plano su perfil de intelectual de izquierda para intensificar su papel de militante y aproximarse a las clases populares y a los movimientos sociales, entre las que Lula tiene un gran apoyo. Para ello visitó, por indicación del propio Lula, varias fábricas del cinturón industrial de San Pablo, donde cuarenta años antes Lula lideró una huelga de trabajadores en plena dictadura militar.
Allí, como en la mayoría de sus actos políticos, Haddad estuvo acompañado por su mujer, Ana Estela, una profesora de odontología con quien lleva más de veinte años casado y tiene dos hijos
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