Estados Unidos interceptó un tercer petrolero cerca de Venezuela

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La Guardia Costera abordó el buque Bella-1 en el marco del endurecimiento del bloqueo impulsado por Donald Trump.

Estados Unidos confirmó la intercepción y el abordaje del petrolero Bella-1 cerca de la costa de Venezuela. Se trata del tercer buque capturado en apenas siete días y del segundo interceptado durante el fin de semana, en el marco del endurecimiento de las acciones estadounidenses en el Caribe.

El operativo se inscribe dentro del denominado "bloqueo" impulsado por el presidente Donald Trump, una estrategia orientada a restringir las rutas de exportación e importación de hidrocarburos alcanzados por sanciones internacionales. Según información del Departamento del Tesoro, el Bella-1, de bandera panameña, era seguido de cerca desde junio de 2024.

Las autoridades estadounidenses vinculan a la embarcación con la empresa Louis Marine Shipholding Enterprises, señalada por brindar apoyo financiero y logístico a la Guardia Revolucionaria de Irán. Al momento de la intervención, el buque realizaba maniobras de aproximación a la costa venezolana con el objetivo de iniciar la carga de crudo.

Esta nueva captura se suma a las del Skipper, interceptado el 10 de diciembre, y del Centuries, detectado en las últimas horas, consolidando una seguidilla de operativos que refuerzan la presencia militar de Estados Unidos en la región.

Irán ofreció apoyo a Venezuela ante lo que califican como "piratería"

En respuesta a estas acciones, el gobierno de Venezuela informó que Irán ofreció asistencia para "enfrentar la piratería de Estados Unidos", profundizando el acercamiento entre ambos países en un contexto de creciente tensión regional.

El canciller venezolano Yván Gil confirmó que mantuvo una comunicación directa con su par iraní, Abbas Araghchi, quien expresó la disposición de Teherán a colaborar en lo que definieron como el combate contra el "terrorismo internacional" promovido por la administración Trump.

La reacción de Caracas se produjo tras la incautación de un segundo buque frente a sus costas. Según Gil, Irán manifestó una "solidaridad plena" con Venezuela y calificó las acciones estadounidenses como una violación de la Carta de las Naciones Unidas.

"Analizamos las amenazas y los actos de piratería que ejecuta Estados Unidos mediante el robo de naves cargadas de crudo venezolano", expresó el funcionario a través de sus canales oficiales. La maniobra representa la segunda gran interceptación en menos de quince días, luego de la captura del Skipper, vinculado previamente a sanciones por presuntos nexos con Teherán.

Desde Washington, Donald Trump ratificó su política de "tolerancia cero" hacia el comercio exterior del gobierno de Nicolás Maduro y advirtió que las fuerzas estadounidenses continuarán persiguiendo cualquier embarcación que transporte hidrocarburos venezolanos, afianzando de hecho un bloqueo sobre las rutas marítimas de la región.

Con la Guardia Costera al frente de los operativos y el respaldo de un grupo de ataque de portaaviones desplegado en el Caribe, la administración estadounidense profundiza su intervención en la zona. Aunque el discurso oficial la justifica en la lucha contra el narcotráfico y la migración ilegal, el trasfondo político y geoestratégico de la ofensiva resulta cada vez más evidente.

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