Bergoglio y la Argentina

Para el director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría el oficialismo interpretará los mensajes del Papa Francisco como un discurso crítico aun cuando de ahora en más le hable al mundo entero.

Escribe Rosendo Fraga (*)

El impacto inicial de la elección de Jorge Bergoglio como Papa, en la Argentina, inicialmente fue la sorpresa. Con el transcurrir de los días entre el miércoles 13 y el lunes 18, fue tornando en alegría y júbilo. Sólo en el oficialismo, se registraron acritudes negativas, cuando en la misma tarde de la elección, los legisladores oficialistas, tanto en la Cámara de Diputados de la Nación como en la Legislatura Porteña, se negaron a realizar homenajes al nuevo Papa argentino.

El Papa Francisco ahora le habla al mundo y a los 1200 millones de católicos, de los cuales vive en Argentina sólo el 3,5%. Su relación con el kirchnerismo no era buena. Bergoglio le solicitó entrevistas a la Presidente en catorce oportunidades y nunca lo recibió, en cambio él es al primer jefe de estado que recibió, aunque antes de asumir como Papa. Posiblemente, de ahora en más, la Argentina no tendrá esta prioridad.

Bergoglio mantendrá la misma posición crítica hacia la sociedad moderna que ha expresado hasta ahora, sobre temas como el exceso del dinero, la necesidad de atender a las necesidades de los pobres, lucha contra la corrupción, la desigualdad, la droga, la trata de personas, la inseguridad, la violencia, etc. Es posible que el oficialismo argentino lo siga percibiendo como un discurso crítico, aunque ahora le hable a la sociedad global.

Las declaraciones de la Presidente argentina luego de su primer encuentro con Bergoglio tras ser elegido Papa, muestran que la relación no será fácil.

Tras el gesto del nuevo Papa de recibirla con deferencia, después que ella le negó catorce pedidos de entrevista, centró sus declaraciones en que debe trabajar para que el Reino Unido acepte negociar la soberanía de las islas Malvinas. Es pedirle un imposible y no comprender el rol y las capacidades de un Papa. Frente a las duras criticas del ala izquierda del kirchnerismo a Bergoglio, ella no las ha desautorizado públicamente, hasta el día de hoy.

El Papa no intervendrá activamente en la política argentina. Pero igualmente, la oposición lo seguirá viendo como un aliado y el oficialismo como un adversario. A la Argentina le será difícil asumir que no es el centro del mundo para el nuevo Papa.

Es en este contexto, que el Sumo Pontífice ha decidido no visitar la Argentina antes de las elecciones de octubre.

(*) Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría

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