Influirá menos de lo que la oposición espera

El sociólogo y analista político describe la construcción mediática en torno a la figura del Papa Francisco y el impacto inicial de su designación en el oficialismo. Asegura que su influencia en la política local será baja.

Escribe Ricardo Rouvier (*)

Existe una lucha por la apropiación de la figura del Papa Francisco, en la que también se debe contabilizar la construcción que hacen los medios de comunicación en torno a él y a la promesa que su nombramiento genera. En especial porque los medios multiplican y amplían esa promesa, dándole un perfil acabado, como si ya hubiera concluido o avanzado en su actividad.

Incluso antes de que haya comenzado sus funciones como nuevo Sumo Pontífice, los medios construyeron una imagen casi definitiva de Francisco, cuando en realidad todo está todavía por verse.

En términos políticos, hay una lucha de apropiación en la cual intervienen distintos sectores. En un primer momento, en el kirchnerismo la noticia generó una suerte de perplejidad y hubo reacciones negativas por parte de algunos dirigentes. Sin embargo, la presidente Cristina Fernández generó una fuerza contraria al aceptar algo que popularmente y masivamente es aceptado.

El Papa tiene ante sí un camino muy facilitado por esa imagen que se construyó de él, como así también por sus propios antecedentes que demuestran que es un hombre comprometido.

Ahora habrá que ver su desempeño al frente del Vaticano, pero seguramente su incidencia en la política argentina será baja. En este sentido, resulta atinado que haya resuelto no venir al país antes de las elecciones Legislativas de octubre próximo. Esa es una manera de no intervenir.

Teniendo en cuenta que es un hombre de buena formación, un cuadro político, una figura muy politizada en la Iglesia, sí podría llegar a intervenir en cuestiones políticas aunque de índole internacional.

De todas formas, en este aspecto hay que tener en cuenta los límites que tiene el Papado. La intervención en la vía pública y en las cuestiones de los Estados siempre es muy silenciosa, en todo caso persuasiva, pero no se nota. La Iglesia no es de expresar muy abiertamente las cuestiones civiles.

Seguramente el Papa tome decisiones importantes pero no que tengan que ver con la Argentina en particular sino con el mundo en general. Como ejemplos podría ser que avance en definiciones en torno a los curas pedófilos o en el grave problema que tienen en la actualidad en Europa en materia financiera. Si bien puede llegar a tener alguna incidencia en la política argentina, seguramente será menor a la que los sectores opositores creen y esperan que tenga.

(*) Titular de la Consultora Ricardo Rouvier & Asociados

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