Nueva jornada de movilización de jubilados vuelve a tensar el centro porteño
Una nueva protesta renovará la presión en torno al Congreso y Plaza de Mayo, con críticas a la reforma laboral y a los acuerdos internacionales del Gobierno.
El centro político de la Ciudad de Buenos Aires volverá a ser escenario de una marcha que promete alta tensión. Diversas agrupaciones de jubilados, acompañadas por movimientos piqueteros como el Polo Obrero, partidos de izquierda, trabajadores del Hospital Garrahan, ambas CTA, el gremio ATE, sindicatos como el de neumáticos, el Frente Patriótico por la Justicia Social, Territorios en Lucha y representantes de la Unión Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), unirán fuerzas este miércoles desde las 16.
La consigna central será “Contra el imperialismo”, una bandera que los convocantes destacan como el eje de la jornada, al tiempo que reiteran cuestionamientos a medidas económicas y laborales del Gobierno. La movilización tiene como antecedente inmediato la protesta de la semana pasada, que terminó en fuertes enfrentamientos frente al Congreso entre fuerzas federales y un grupo de manifestantes.
Desde el Ministerio de Seguridad anticiparon nuevamente un despliegue similar, con vallados para proteger edificios públicos como el Palacio Legislativo y la Casa Rosada, además de la aplicación estricta del protocolo antipiquetes. Las autoridades reiteraron que buscarán evitar cortes prolongados y garantizar la circulación durante toda la tarde.
Las fuerzas de seguridad se acomodan en Congreso para esperar a los jubilados
En paralelo, diversos dirigentes sindicales sumaron su adhesión. El secretario general de ATE, Rodolfo Aguiar, sostuvo que “comienza la resistencia callejera a la reforma laboral y al acuerdo con los Estados Unidos”, recordando que la central dispuso un paro de 24 horas para facilitar la asistencia de sus afiliados.
También afirmó: “Tiene que ser un paro que nos permita volver a encender la llamita de la conflictividad y que esta crezca rápidamente”. Desde su perspectiva, ambas iniciativas -la reforma y el acuerdo bilateral- están profundamente relacionadas: “Trabajar más y por menos plata para abaratar los costos del saqueo. Sin huelga y movilización no la frenamos”, expresó, apuntando a la falta de adhesión de la CGT.
Los organizadores enfatizaron además que la marcha carga “claras banderas contra Donald Trump, contra Javier Milei y contra el Fondo Monetario Internacional”, y que la fecha fue elegida estratégicamente “veinticuatro horas antes del Día de la Soberanía”.
Desde el lado de los movimientos sociales, la UTEP anticipó que no concurrirá con grandes columnas, sino con delegaciones más reducidas, como gesto de respaldo a los reclamos pero en el marco de un esquema de movilización distinto desde que comenzaron a cumplirse con rigor las reglas del protocolo antipiquetes. Algo similar ocurrirá con Territorios en Lucha, que incluirá a agrupaciones como Libres del Sur, cuyos miembros se desplazarán en transporte público desde distintos puntos del AMBA.
La dinámica de estas protestas también cambió con la implementación de controles más estrictos a micros y vehículos sin habilitación, lo que disminuyó la presencia de columnas masivas provenientes de Retiro o Constitución.
A esto se suma el impacto de los cambios en la política social, como la reducción de programas gestionados por organizaciones. En este marco, voces como la de Esteban “Gringo” Castro insisten en que “no hay ninguna posibilidad de salir adelante como pueblo si no nos expresamos pacíficamente en las calles de todo el país”, reivindicando la manifestación como herramienta central de presión política y social.
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