Colegio Palermo Chico: expulsaron a los hijos del empresario acusado de abuso sexual

Sociedad

Los cuatro menores fueron desvinculados de la escuela tras la denuncia contra Marcelo Porcel. Qué dijeron desde la institución.

Las autoridades del Colegio Palermo Chico decidieron expulsar de la institución a los cuatro hijos de Marcelo Porcel, el empresario denunciado por abuso sexual y corrupción de menores. El caso tiene como presuntas víctimas a varios estudiantes de esa escuela.

La drástica medida fue tomada luego de que el caso tomara estado público y generara conmoción entre los padres de los alumnos que asisten al establecimiento. La decisión fue notificada en las últimas horas a través de un escrito enviado por las autoridades del colegio a toda la comunidad educativa.

"Queremos informar que la familia involucrada ya no forma parte de nuestra comunidad educativa", sentenciaron desde la Dirección General del colegio en un comunicado. Allí indicaron que “tan pronto fue informado” el caso en publicaciones periodísticas referidas a “presuntos hechos que habrían involucrado a alumnos de esta institución y que habrían tenido lugar fuera del ámbito escolar”, las autoridades actuaron “de manera inmediata”.

Según explicaron, se activaron los protocolos vigentes y se dio intervención al Consejo de Derechos de niñas, niños y adolescente, al tiempo que se puso en conocimiento a las autoridades educativas jurisdiccionales sobre los hechos denunciados. “Desde nuestro Colegio, reafirmamos que el cuidado integral de nuestros alumnos constituye una prioridad institucional y agradecemos a las familias la confianza permanente depositada en la institución", cerraron en el comunicado.

comunicado colegio palermo chico

Quién es Marcelo Porcel, el empresario acusado de abusar sexualmente a compañeros de colegio de sus hijos

Marcelo Porcel está acusado de abusar a compañeros de clase de su hijo en reiterados episodios que habrían ocurrido entre 2022 y 2024. El caso cuenta ya con al menos diez denuncias donde las víctimas refieren a encuentros en los cuales el empresario los incitaba a beber alcohol y a hacer apuestas online.

Según la reciente acusación, el imputado de 51 años utilizaba su posición de poder y el entorno escolar de sus propios hijos para desplegar una “matriz de conducta” orientada a la captación de menores, aprovechando los vínculos sociales para vulnerar a jóvenes de entre trece y catorce años en ambientes que debían ser seguros.

marcelo porcel
Marcelo Porcel, reconocido empresario acusado de abuso sexual a menores.

Marcelo Porcel, reconocido empresario acusado de abuso sexual a menores.

La primera denuncia, realizada a mediados de 2024, fue impulsada por padres del colegio e incluyó a al menos seis víctimas. Luego, la querella incorporó más testimonios.

Según las denuncias, Porcel organizaba reuniones con compañeros de su hijo durante las cuales los incitaba a consumir bebidas alcohólicas y les transfería dinero, incentivándolos para que realizaran apuestas online, incluso sabiendo que uno de los adolescentes tenía problemas de ludopatía.

Los encuentros habrían incluido además reiteradas situaciones de acoso, como realizar desafíos de consumo de bebidas alcohólicas a cambio de figuritas del Mundial, u ofrecerles dinero para que dieran vueltas en ropa interior. Algunas de estas escenas habrían sido registradas en imágenes y videos que hoy están bajo análisis pericial.

colegio palermo chico - chica

Todo habría ocurrido en el domicilio familiar de Porcel, ubicado en el barrio porteño de Palermo, así como también dentro del departamento vacío de su madre en la Torre Le Parc de Puerto Madero o en oficinas de su propiedad.

Según consta en la causa, el expediente contra Porcel se abrió el 5 de julio de 2024 y desde entonces la investigación judicial avanzó de manera sostenida. Los relatos de los adolescentes involucrados, todos de entre 13 y 14 años, coinciden en describir un patrón de comportamiento que habría sido clave para concretar los abusos.

De acuerdo a esas declaraciones, Porcel mantenía una presencia constante en actividades deportivas, organizaba encuentros sociales, ofrecía su casa como punto de reunión y se mostraba siempre predispuesto a trasladar chicos, construyendo así una imagen de adulto confiable y disponible.

Esa conducta, que en un primer momento fue interpretada como un gesto de colaboración y compromiso con la comunidad, con el correr del tiempo comenzó a generar inquietud. Los testimonios incorporados al expediente indican que muchas de las reuniones terminaban en su domicilio y que existía una insistencia reiterada para que los chicos se quedaran a dormir, una situación que fue corriendo los límites de manera progresiva.

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