Condenaron a 12 años de cárcel a un sacerdote por abuso
Manuel Pascual fue condenado a 12 años de cárcel por abusar de dos religiosas en la Congregación San José.
El Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N°3 condenó al sacerdote Manuel Fernando Pascual a cumplir 12 años de prisión por considerarlo responsable de abusos sexuales cometidos contra dos religiosas que integraban la congregación que tenía a su cargo.
La decisión de condenar al sacerdote fue tomada por los jueces Gustavo Valle y Gustavo Rofrano mientras que magistrado Gabriel Vega votó en disidencia.
En el veredicto, los jueces consideraron a Pascual como autor de los delitos de “abuso sexual gravemente ultrajante y con acceso carnal perpetrado de manera continuada” hechos que ocurrieron entre los años 2012 y 2016 y de “abuso sexual gravemente ultrajante perpetrado de manera continuada” entre los años 2014 a 2016”. En ambos casos, se trata de abusos agravados por haber sido ejecutados por un ministro de un culto reconocido. Ambas víctimas fueron querellantes en la causa.
Y ordenaron que una vez que la sentencia quede firme, se remita al Banco de Datos Genéticos, de acuerdo a la Ley N°26.879, que creó el Registro Nacional de Datos Genéticos vinculados a Delitos contra la Integridad Sexual.
Para la fiscalía, esta probado que el sacerdote, desde su rol de confesor y guía espiritual, se aprovechó de las distintas vulnerabilidades de las personas bajo su dirección y formación, para someterlas a diversas formas de violencia sexual. El Ministerio publico Fiscal entiende que Pascual cometió distintos hechos de abuso sexual con acceso carnal contra dos religiosas de la Congregación San José en un contexto de manipulación, intimidación y abuso de poder, agravados por su condición de sacerdote.
Los abusos sexuales se extendieron a lo largo del tiempo y ocurrían durante charlas formativas, espirituales y confesionales, e incluso en medio de distintos sacramentos. Los hechos ocurrieron entre 2014 y 2016 en uno de los casos, y entre 2012 y 2016 en el otro, dentro de la comunidad de las Hermanas de San José, ubicada en Ernesto Bavio al 2800.
Las mujeres también denunciaron situaciones de violencia sexual ocurridas en un lugar denominado “La Ermita”, un campo en capitán Sarmiento donde se realizaban retiros espirituales y misas oficiados por el imputado. Relataron en la causa que Pascual hablaba de “sanarlas” de sus heridas de “amor”, de practicar su sexualidad en múltiples formas y momentos, ello para conocerse, al tiempo que las convencía de que debían “dejarse querer” por él. En esa línea, las víctimas dijeron que el sacerdote incluso las “confesaba y las absolvía de sus pecados” durante esas situaciones de desnudos físicos o “rezando” en el ínterin de los abusos sexuales.
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