El drama de una argentina en Estados Unidos: la encadenaron y podría ser deportada
Felicitas Lauría tiene 22 años y está casada con un estadounidense. Fue detenida en California durante la entrevista para obtener la residencia.
Felicitas Lauría, una ciudadana argentina de 22 años oriunda de Córdoba y casada con un estadounidense, fue detenida por agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) mientras realizaba la entrevista conyugal para obtener la residencia permanente en California. Tras quedar en libertad, podría ser deportada.
La joven había llegado a Estados Unidos en 2023 para trabajar bajo el programa Aur Pair, lo cual le permitió vivir de manera temporal con una familia, ayudando en tareas domésticas o haciendo trabajo de niñera. Su visa tenía vigencia hasta el 12 de marzo de 2025.
Sin embargo, todo cambió a principios del año pasado cuando Felicitas conoció a Marcus, un joven estadounidense que trabajaba en un bar. Tras un flechazo instantáneo, ambos se fueron a vivir juntos y comenzaron a proyectar un futuro en California La relación se consolidó de forma tal que en febrero de 2025 se casaron.
Tras la boda, y luego de consultarlo con un abogado, Felicitas inició el proceso de ajuste de estatus migratorio con la idea de quedarse a vivir en Estados Unidos. La joven presentó todos los formularios, la toma de datos biométricos y en septiembre obtuvo un permiso de trabajo, por lo cual cambió de empleo. El último paso para acceder a la residencia permanente era la entrevista conyugal, la cual se realizó el 25 de noviembre. Fue entonces cuando el sueño americano se transformó en una pesadilla.
Durante la entrevista, le preguntaron a Felicitas si su visa estaba vencida, a lo cual la joven dijo que sí pero que se encontraba bajo el proceso de ajuste de estatus en conjunto con su permiso de trabajo.
En medio de la entrevista, los agentes del ICE la detuvieron por no tener la visa vigente. Le entregaron las pertenencias de la joven a Marcus y la llevaron a una comisaría del centro de San Diego.
Según contó Mariana Lozita, su madre, la joven permaneció detenida en condiciones precarias: “Le pusieron una cadena de los pies hasta la cintura y en las manos. Durante esas 48 horas no le sacaban la cadena ni para ir al baño, salvo una mano para bajarse la ropa”, dijo la mujer.
“Esos días fueron terroríficos: ella lloraba sin parar, no podía dormir, tenía mucho frío porque estaba con su ropa de verano, tenía náuseas porque no podía ni comer", detalló en diálogo con La Nación. Además, comentó entonces que la joven no pudo tener acceso a su medicación para la tiroides y tampoco le permitieron utilizar sus lentes para la miopía.
Tras pasar diez días presa, Lauría quedó en libertad bajo fianza luego de pagar 1.500 dólares y le colocaron una tobillera electrónica, aunque luego se la retiraron tras presentar un certificado médico por las lesiones que le provocaba.
La audiencia para definir su estatus migratorio está prevista para el 11 de marzo de 2026, aunque su abogado intentará adelantar la fecha.
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