Justicia por Nayla Torrilla: condenaron al autor del disparo que mató a la nena de 4 años
Nahuel Federico Moyano fue sentenciado a 17 años de prisión por su participación en el violento ataque a tiros ocurrido en el marco de un ajuste narco en febrero de 2023.
Tras dos años de juicio, condenaron al asesino de Nayla Noemí Torrilla, la nena de 4 años que recibió un balazo mientras estaba en un cumpleaños en una casa del 1-11-14.
Este lunes, el Tribunal Oral en lo Criminal N°17 decidió condenar a Nahuel Federico Moyano a 7 años de prisión, tras encontrarlo culpable del ataque a tiros, en el marco de un ajuste narco contra una vivienda, en la que se desarrollaba un cumpleaños y en la que falleció la nena de 4 años y resultaron heridos otras dos personas. A este hecho, se le sumó el asesinato de Cristian Ezequiel Escobedo, cometido en el mismo barrio dos años antes, en enero de 2021.
Según el fallo, Moyano, de 27 años, fue responsable del delito de "homicidio agravado por el uso de un arma de fuego y del mismo delito en grado de tentativa en tres oportunidades", motivo por el que la fiscal María Luz Castany había pedido una pena de 19 años.
Cómo sucedió el asesinato de Nayla Torrilla
El trágico hecho ocurrió una noche de febrero de 2023, cuando una lluvia de disparos alteró la calma de la calle 10, entre las 21:30 y las 21:50. Nahuel Federico Moyano y un grupo de cómplices salieron a buscar a dos hombres con quienes mantenían un conflicto, aparentemente relacionado con la disputa por puntos de venta de droga.
Los encontraron en plena vía pública y abrieron fuego: más de treinta disparos. Ambos hombres resultaron heridos en las piernas, pero Nayla Torrilla, de 4 años, que jugaba cerca del lugar, en un cumpleaños, recibió un balazo en el pecho. Inmediatamente fue trasladada al Hospital Piñero, pero los médicos no pudieron salvarla.
Un mes más tarde, Moyano fue detenido en Virrey del Pino. Llevaba más de dos años prófugo por el homicidio de Cristian Ezequiel Escobedo. Según se pudo constatar, en enero de 2021 la víctima circulaba en moto junto a un amigo cuando saludó a quién sería su asesino, la respuesta fue brutal: “¿Qué me saludás, gato?”, le gritó antes de bajarlo de la moto y dispararle en la cabeza.
Durante el juicio por ese asesinato, un testigo reveló que inicialmente ocultó información por miedo, tras haber recibido amenazas: “Pidió un botón antipánico y recién entonces contó que Moyano no estaba solo en el momento del crimen”, relató el juez Juan Giudice Bravo.
En el caso de Nayla, la justicia determinó que el homicida y su grupo estaban enfrentados con personas cercanas a los heridos, en un conflicto previo que involucraba intentos de usurpación y negocios ilícitos.
“Dispararon sin control, conociendo el riesgo. Sabían que había chicos, familias, vecinos. Y aún así eligieron seguir”, sostuvo la querella durante el juicio. Si bien no se pudo establecer con certeza que Moyano fue el autor del disparo que terminó con la vida de la niña, los jueces concluyeron que actuó con "dolo eventual", o sea que entendía que existía la posibilidad de matar a alguien inocente y lo hizo de todos modos.
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