Un arquitecto relevó la villa 31 durante un mes disfrazado de fumigador para el gobierno porteño

Sociedad

*El arquitecto Juan Carlos Poli, de 64 años, pudo recorrer todos los rincones de la villa sin levantar sospechas disfrazado de fumigador.
*La propuesta de trabajo se la hizo el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño y la aceptó "por amor a la ciudad de Buenos Aires".

Un arquitecto se hizo pasar por fumigador durante un mes en la villa 31, y realizó un relevamiento de la situación urbanística del asentamiento de Retiro.

Según informa hoy el diario La Nación, Juan Carlos Poli, de 64 años, pudo recorrer todos los rincones de la villa sin levantar sospechas hasta terminar el informe en el que hoy se basa el gobierno de Mauricio Macri para denunciar el crecimiento desmesurado y las irregularidades edilicias del asentamiento.

Para empezar, las cifras sobre el número de habitantes no coinciden. Según un viejo censo oficial, viven allí unas 30 mil personas. Conforme los cálculos del actual gobierno, ya son 40 mil y 70 mil a juicio de los habitantes del asentamiento.

"Este relevamiento nos hace tomar conciencia de que hay enormes situaciones riesgosas para los habitantes de la villa", explicó Poli.

"Fui estudiando una por una las 56 manzanas, tomando notas y fotos, identificando cuáles eran las viviendas en altura. Conté unas 600 casas que exceden las tres plantas y unas 60 están en situación de riesgo inminente", dijo el arquitecto.

Poli aceptó la propuesta del Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño para hacerse cargo del proyecto "por amor a la ciudad de Buenos Aires".

"Yo amo esta ciudad y lo tomé como un trabajo necesario, que puede quitar una cantidad de fantasmas que hay sobre este tema y ayudar a los habitantes de la villa" expresó el arquitecto enmascarado.

Según su informe, entre las anomalías más preocupantes se destacan la fragilidad de las estructuras, la falta de un estudio de suelo, la improvisación en las expansiones verticales y la falta de ventilación y luminosidad en los ambientes.

Durante las 28 veces que ingresó en la villa vestido como un fumigador, Poli nunca tuvo problemas con los habitantes de la villa. De hecho, una vez que se familiarizó con el predio empezó a ingresar vestido de civil.

"Entablé diálogo con la gente, con los obreros... siempre fue todo muy cortés. Claro que con el revuelo mediático que hay ahora en la villa, hoy probablemente hubieran sospechado", imagina y concluye: "hay que evitar que la villa se siga expandiendo, porque es realmente peligroso lo que está sucediendo ahí".

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