Crimen narco en Rosario: la mataron por denunciar a traficantes

Sociedad

Norma Bustos tenía 53 años. Le pegaron tres tiros en su casa de Pavón al 4600. A su hijo también lo mataron mientras tomaba unas cervezas con amigos.

Lucas Espina era hijo único, por eso todo el amor de mamá, Norma lo depositaba en él. Pero así como para Lucas la vida terminó una noche de verano del 2013 cuando lo asesinaron mientras estaba tomando unas cervezas con unos amigos, desde ese momento Norma se sentió muerta en vida.

"A mi no me importa que me maten, si yo ya lo perdí todo. Me mataron a mi hijo, se murió mi marido, ¿qué más me pueden sacar? Yo estoy vacía. Pero quiero que los que mataron a mi hijo se pudran en la cárcel. Si el infierno existe, yo vivo en el infierno desde que me mataron a mi hijo", dijo al enterarse de la muerte de su hijo. Siete meses después Norma Bustos se convirtió en una nueva víctima.

La mujer de 53 años recibió tres disparos mortales mientras atendía el kiosco en la puerta de su casa. Dos motociclistas cubiertos con cascos llegaron a su casa de Pavón al 4600, en barrio Tablada, y tocaron el timbre. Cuando la mujer fue a atenderlos por la ventana enrejada, le dispararon sin miramientos. Los tiros le impactaron en el pómulo, el cuello y el hombro, todo sobre el lado derecho.

El domingo 27 de enero de 2013, a Lucas lo mataron a balazos de ametralladora a 30 metros de su casa. Tenía 25 años. "A la 1.15 escuché la ráfaga de disparos y salté de la cama con mi marido. Pensé en Lucas y salí en bombacha y remera a buscarlo. Cuando llegué a la esquina (de Pavón y Santa Rosa de Lima) vi al auto plateado del que le seguían disparando. Me puse un pantalón y volví a buscar a Lucas. Estaba tirado en el patio de la casa de una vecina. Cuando le corrí el cabello con mi mano le vi la herida en la cabeza. Uno de mis dedos entraba en el hueco que dejó el balazo", contó Norma en aquel entonces a la prensa local e inmediatamente apuntó como homicidas a los hermanos Milton y José Damario, dos pesados ligados al mundo de la droga que viven a sólo 200 metros de su casa.

A principios del 2014, los hermanos Damario cayeron presos en la ciudad de Santo Tomé, en el marco de la investigación por el asesinato de Claudio "Pájaro" Cantero, el líder de la banda de Los Monos. Los dos fueron procesados por la jueza de Instrucción Mónica Lamperti como coautores del asesinato de Espina y por ello irán a juicio.

La muerte de Lucas destruyó a la familia. El mismo día que lo enterraron, murió el papá de Norma que ya sufrá una grave enfermedaa y no soportó ver morir a su nieto. Y hace poco más de un año Oscar, el esposo de Norma, murió de una insuficiencia renal. "Yo lo perdí todo. ¿Qué más me pueden hacer? Yo ya estoy muerta en vida", decía Norma sin necesidad de que alguien se lo preguntara. Vivía sola en su casa y ahí, con la ayuda de su familia, puso un quiosco con el que se ganaba la vida.

La versión sobre la muerte de Norma que más fuerza tenía para los investigadores, es que a las 10.30 una moto con dos hombres con cascos llegó hasta la ventana enrejada del kiosco. Tocaron el timbre y cuando Norma fue a atender, tres balazos calibre 38 le congelaron el paso. Norma dio dos pasos hacia atrás y cayó muerta. La moto, se perdió por las calles de Tablada.

Los residentes indicaron que escucharon tres disparos,pero no pudieron dar muchos más detalles. Un vecino de Norma al enterarse de lo ocurrido llamó a su hermana en Buenos Aires y ésta se contactó con sus parientes en Rosario.

El fiscal Ademar Bianchini, de la Unidad Especializada en Homicidios, fue cauto a la hora de contextualizar el crimen. "Terminamos de procesar la escena. No descarto nada y no hay que apresurase en jugársela por una hipótesis", indicó.

Otra versión que se escuchó entre los vecinos, pero que aún no pudo ser verificada fue que durante la madrugada Norma recibió una amenaza a su teléfono fijo en la que le advertían que la iban a matar.

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