Entre lágrimas, Frank Fabra se despidió de Boca después de 10 temporadas en el club
El defensor colombiano dejó el club tras su último entrenamiento, marcado por lágrimas y recuerdos de un ciclo brillante que quedó opacado por dos acciones decisivas.
Frank Fabra puso punto final a su extensa etapa en Boca luego de diez años en la institución, una década en la que convivió con momentos de enorme jerarquía futbolística y episodios que marcaron su relación con los hinchas. El lateral colombiano, visiblemente emocionado, completó este martes su última práctica en el predio de Ezeiza y se marchó saludando a empleados y compañeros en un clima cargado de sensibilidad.
Poco después, publicó una historia en Instagram que reflejó el dolor de su salida, confirmando que su ciclo en el club había terminado. Su recorrido, con 244 encuentros y nueve títulos, podría haber sido recordado como uno de los más destacados para un defensor extranjero, aunque dos acciones puntuales terminaron definiendo la percepción del público xeneize.
La llegada de Fabra al club se produjo en el verano de 2016, cuando Boca apostó por el joven lateral que ya había pasado por Envigado, Independiente Medellín y Deportivo Cali. Su desembarco significó competencia directa con Jonathan Silva, pero las lesiones le impidieron asentarse rápidamente. Recién hacia finales de ese primer semestre comenzó a mostrar su perfil ofensivo, una característica que lo volvió valioso para Guillermo Barros Schelotto. Su gol a Nacional en los cuartos de final de la Copa Libertadores fue apenas el primer indicio de su impacto.
Las temporadas siguientes estuvieron marcadas tanto por explosiones futbolísticas como por interrupciones forzadas. Fabra fue determinante en los títulos del Campeonato 2016/17 y 2017/18, aunque la rotura de ligamentos en 2018 frenó su consolidación. Para reemplazarlo llegaron Lucas Olaza y más tarde Emmanuel Más, y su 2019 volvió a complicarse por molestias físicas. En aquel momento, Gustavo Alfaro optó en repetidas ocasiones por alternativas defensivamente más sólidas, lo que redujo su participación.
Sin embargo, su resurgimiento llegó en 2020 de la mano de Miguel Ángel Russo. Recuperó protagonismo y se reencontró con el aplauso del hincha, pero también protagonizó el primero de los dos incidentes que marcaron su historia en Boca. En la semifinal de la Copa Libertadores ante Santos, cuando el equipo caía 3-0, Fabra aplicó un pisotón sobre Marinho que lo dejó expulsado. Aun cuando la serie estaba prácticamente sentenciada, los simpatizantes interpretaron el gesto como una falta de respeto, y su imagen quedó severamente dañada.
El segundo episodio, aún más determinante, ocurrió en la final de la Libertadores 2023 ante Fluminense. Boca tenía un jugador de más y opciones para igualar el partido, pero cerca del cierre del primer tiempo extra, Fabra reaccionó con un cachetazo a Nino. Tras la revisión del VAR, fue expulsado nuevamente por Wilmar Roldán. Aunque pidió disculpas, la relación con los hinchas nunca volvió a recomponerse.
Desde entonces jugó mayormente fuera de La Bombonera para evitar la hostilidad del público, y en 2025 apenas sumó cuatro encuentros. La dirigencia encabezada por Juan Román Riquelme decidió no renovarle el contrato, dando por finalizada su etapa en el club.
Este martes, entre abrazos y lágrimas, Fabra se retiró del predio que lo acompañó durante casi toda su carrera profesional. Su talento y su capacidad ofensiva podrían haberlo instalado como uno de los laterales más recordados en la historia reciente del club, pero los dos errores en momentos clave terminaron condicionando su legado en el club de la Ribera.
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