Pasó por la Premier League, la rompió y luego del retiro tuvo que vender premios para sobrevivir
Lo que alguna vez fue gloria absoluta dentro de la cancha se transformó, años después, en una dura batalla económica lejos del fútbol.
Pasó por la Premier League, la rompió y luego del retiro tuvo que vender premios para sobrevivir
El fútbol profesional suele asociarse con contratos millonarios, éxitos internacionales y una estabilidad económica que muchos imaginan como garantizada. Sin embargo, la realidad demuestra que incluso quienes alcanzaron la cima pueden atravesar momentos extremadamente difíciles después del retiro. Eso fue lo que sucedió con un exjugador de la Premier League que brilló en Europa, conquistó la Champions League y fue ídolo en uno de los clubes más grandes del mundo, pero que años más tarde terminó obligado a vender algunos de sus trofeos más preciados para poder mantenerse a flote económicamente.
Su historia sorprendió al ambiente del fútbol internacional, no solo por su prestigioso pasado deportivo, sino por la crudeza de su presente. A pesar de haber disputado finales históricas y ser parte de uno de los planteles más recordados de la era moderna, sus problemas financieros lo llevaron a tomar decisiones desesperadas para evitar la quiebra.
Steve Finnan y su paso por el fútbol
Steve Finnan es un lateral derecho irlandés que construyó una extensa e impecable carrera en el fútbol europeo. Sus primeros pasos fueron en el Welling United de Irlanda, desde donde llamó la atención de varios equipos ingleses. Luego pasó por Birmingham City, Notts County y Fulham FC, club en el que terminó de explotar y ganarse un lugar en la élite.
Su gran salto llegó en 2003, cuando firmó con el Liverpool, donde obtuvo algunos de los títulos más importantes de su trayectoria. Con los Reds ganó la FA Cup y la Community Shield en 2006, pero el momento que lo marcó para siempre fue la conquista de la UEFA Champions League 2004/05.
Aquel partido final en Estambul quedó grabado en la historia: Liverpool perdía 3-0 ante Milan cuando Finnan tuvo que ser reemplazado por una molestia física. Sin embargo, el equipo protagonizó una de las remontadas más épicas del fútbol europeo, igualando el encuentro 3-3 y consagrándose luego por penales.
Tras dejar Anfield en 2008, el defensor jugó una temporada en el Espanyol de Barcelona y cerró su carrera en el Portsmouth FC en 2010. A nivel internacional también tuvo un rol importante: disputó el Mundial de Corea-Japón 2002 con la selección de Irlanda, completando así una carrera que muchos considerarían soñada.
Su vida después del retiro
A pesar de su exitosa trayectoria, Finnan atravesó un complejo panorama financiero tras retirarse. Como muchos exfutbolistas, decidió apostar al negocio inmobiliario, delegando su administración en su hermano Sean. Pero la inversión no salió como esperaba: el proyecto se desmoronó y el caso terminó en la justicia en 2016.
En 2018, un fallo judicial determinó que Finnan debía recibir 4,6 millones de euros, dinero que nunca llegó a cobrar. Agotado por la situación, decidió demandar a sus propios abogados por casi 7 millones de euros, aun estando declarado en bancarrota. La jugada salió mal: perdió el caso y su situación económica se agravó aún más.
Frente a un panorama crítico y sin alternativas claras, el exdefensor se vio obligado a desprenderse de recuerdos que jamás imaginó vender: su medalla de campeón de Champions League, por apenas 12.000 libras esterlinas, además de camisetas históricas y otros objetos personales que para él tenían un valor incalculable.
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